Una lucha de egos y creencias

Sin palabras. Aún el levantinismo no ha asumido la enésima catástrofe de la temporada. Lo que se presuponía como una noche para soñar y de cara a recuperar la máxima ilusión y confianza, se convirtió en un auténtica obra dramática con el título de 'Una lucha de egos y creencias'.

- José Campaña fue protagonista negativo en el partido del Levante UD (@Adolfo Benetó | LUD) -

Egos

Se levanta el telón. Sería la primera parte del show representado en Orriols. Futbolistas que ya de por sí destacan negativamente en esa faceta. Por una parte está el presunto antagonista, con el nombre de José Campaña. Alguien al que le gusta destacar, siempre estando en el foco. Sus virtudes deportivas le avalan merecidamente para ello.

Sin embargo, cuando más se le requería, su ego lo olvidó en alguna anómala otra parte del planeta Tierra. Campaña "se borró" del lanzamiento de un penalti que llevaba su firma. Su cara salía en el videomarcador, el CM del club tuiteaba con una imagen de Campaña esa pena máxima para el Levante, toda la grada en su mente dibujaba al '24' como lanzador... Pero esta jornada Don José no quería fotos, no solo por el penalti, sumando una pobre actuación en el retorno a su posición más natural.

Por otra parte, el protagonista. Un villano inesperado: Wesley Moraes. La insistencia del brazuca llevó a que la buena voluntad de su compañero se tradujese en la peor maldad. Porque ser bueno no siempre es la mejor elección, como ocurrió con Campaña. Y de bueno, que ya no es el caso, pasas simplemente a ser simpático, como pasa con Wesley desde hace bastante tiempo.

Es meramente comprensible que un delantero quiera hacer goles. Más aún cuando tu constancia no tiene premio y vienes de una larga lesión. Pero Wesley fue egoísta por encima de todo. Pensó más en que en sus cifras figurara un gol, el primero en liga, a lo que era mejor para el equipo. Le pudo la presión. Falló el penalti, pese a que minutos más tarde se repusiera. Pero esa conducta hubiese sido igualmente criticable aún transformando desde los once metros, pese a su "particular confianza". Se baja el telón.

Creencias

- Javi Calleja, entrenador del Levante UD -

Se levanta el telón. Damos paso a la segunda parte de esta obra, ahora con saltos en el tiempo. 'Creer', esa fue la palabra designada para motivar en los días previos desde el Levante UD, aunque olvidaran a los lesionados, entre ellos a Dani Cárdenas, Pablo Martínez y Brugui, tres de los que han venido siendo los mejores de la temporada.

En primer lugar, la afición del Levante UD. Un levantinismo que nunca ha dejado de creer antes, durante y a posterior de este último mazazo. Pero cada vez cree menos. Quizás el pecado ha sido sumergirse en creencias que llevan a algo irreal, como el verdadero potencial en conjunto que se puede sacar de la vigente plantilla levantinista. Se esperaba un milagro de Sant Vicent Ferrer en busca del 2-1, con el Ciutat de València volcado como pocas veces, hasta que Javi Llabrés sirvió en bandeja los tres puntos para el CD Mirandés.

En segundo lugar, Javi Calleja. La figura de un entrenador al que muchos creen y siguen creyendo desde su llegada, pese a que surja debate con los empates y sus números. Un entrenador que no ejerció como tal. Ni Calleja se lo creyó, al no imponer la jerarquía en decisiones que han de ser inamovibles, ni sus propios jugadores atendieron a las directrices de su superior. "No entiendo porque ha tirado Wesley". En otros lugares, ante tal escenario mostrado públicamente en la posterior rueda de prensa, hubiese sido motivo de cese fulminante, donde el ascenso debe antojarse como una obligación.

No se trata de resultadismos, a los que lógicamente habría que sumar un análisis más en profundidad. Pero estos dos actos de la lucha de egos y creencias, a los que convendría sumar otros actores y factores que ahora no vienen tan al caso, pueden valer un nuevo fracaso para el Levante. Otro para la reciente colección. Se baja el telón. Fin de la obra, por ahora.


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