El levantinismo tiene muchas raíces. Algunos nacen siendo del Levante UD, normalmente por lazos familiares. Otros no tienen esa suerte y "se granotizan" con el paso del tiempo. Entre las numerosas historias que hay, está la de esas personas anónimas pero que ejercieron una importante labor para enganchar a otros. Son los maestros granotas.
- José Luis Badenas y Eric Martín en el estadio del Levante UD - |
Era septiembre de 2004 y comenzaba el curso escolar. Quien escribe estas líneas, un joven Eric Martín, comenzaba los estudios de secundaria en el instituto de Tavernes Blanques. Lo que no sabía es que el destino me tenía preparada una bonita casualidad que encauzó el rumbo a mi vida actual. José Luis Badenas fue designado como mi tutor. Era profesor de valenciano, con gran simpatía, carácter risueño y que rompía los cánones con esa distancia a veces existente con los estudiantes.
Aquel primer día, tras las presentaciones iniciales, lanzó una pregunta al aire: "Hi ha algú que siga del Llevant?". Recuerdo ese instante a la perfección. El silencio, compartido con las risas de otros, invadió el aula. Con timidez, fui el único en levantar la mano. "Molt bé. Tú i jo farem bones migues", comentó. Por aquel entonces, yo estaba bastante desencantado del fútbol. Es cierto que en numerosas ocasiones acudía a ver al Levante y tenía mucha simpatía por él, debido a que mi bisabuelo compartió esa afición, pero hasta entonces no me había considerado un granota puro.
Durante los siguientes meses y en segundo curso, Badenas y yo congeniamos muy bien. El ser un estudiante responsable también ayudó. Siempre que podía, al tener algún abono o entrada disponible normalmente en Gol Alboraya, me lo cedía con plena confianza. Aquella temporada además el Levante UD había vuelto a la Primera División y poco a poco me fui entusiasmando y sintiendo identificado del todo con este club, con su gente, sus valores y la pasión que transmitía el propio Badenas, que normalmente en cada clase siempre soltaba algún guiño a nuestro equipo.
Aquella bonita coincidencia sirvió para intoxicarme de levantinismo. Al fin y al cabo, se puede decir que no solo fue mi tutor, sino que también Badenas ejerció como mi mentor del levantinismo. Porque a partir de esos momentos, me convertí en un fiel seguidor más. Meses más tarde, compré mi primera camiseta azulgrana del Levante, aquella con un diseño rompedor y patrocinio de Mutua Valenciana Automovilística. También estuve presente en el ascenso de Lleida. Ya para la temporada 2007/08 pude convencer a mi familia para hacerme abonado. El resto ya es historia.
Hoy en día, José Luis Badenas y Eric Martín somos compañeros de grada en Tribuna. Apenas unas pocas filas nos separan. Mis padres le han "culpabilizado" en más de una ocasión de que viva en cuerpo y alma para todo lo que implica al Levante. Él me traslada su orgullo por ser quien soy y por ver a donde he llegado. Y yo ahora, no solo como levantinista, sino también como periodista que sigue desde hace una década al club, solo puedo estarle agradecido por descubrirme esta familia que ahora compartimos y siempre lo he tenido y tendré presente por abrirme los ojos y ver todo en azulgrana.
Otros casos de fidelizar al Levante UD
Al igual que Badenas, ha habido, hay y habrá más ejemplos de levantinistas que sin quizás saberlo ejercieron una labor desinteresada. A Carlos Ayats, referente del periodismo granota y responsable del medio Sin Tregua Radio, le ocurrió algo similar.
En una familia sin vínculos evidentes con el decano valenciano, en el colegio le fueron guiando hacia el camino del Levante. Fue en Salesianos cuando coincidió con ese profesor orgulloso de ser granota, Don Virgilio. Como traslada Ayats, "cuando podía conseguir entradas para el Levante, él nos las daba y acudía a ver el fútbol". Felizmente y sumado a otras causas, se fue enamorando de este club, con los difíciles accesos que antes existían para llegar al Ciutat de Valencia y donde recuerda que un empate sin goles contra el Bilbao Athletic el 1 de octubre de 1989 fue el primer partido que presenció.
Además, como uno de los grandes aciertos del mandato de Quico Catalán, destaca "el club de los niños". Desde el Levante UD se ha incentivado a los más jóvenes a sentir esa pasión granota, invitando cada jornada a varias escuelas al estadio y que puedan saltar al césped, así como distintas promociones de abonos con costes reducidos para los menores de edad. Quien sabe el día de mañana cuantos de ellos seguirán los pasos del honroso Levante Unión Deportiva.
Como te he dicho. Me siento orgulloso de tu escrito y de lo que dices.
ResponderEliminarFueron buenos tiempos.
Acuérdate que yo repartía los pases que me daba el club cada temporada entre los alumnos que sabía que lo iban a utilizar.
Rosa, la conserje, y toda su familia también se hicieron levantinistas, al igual que otros que no tengo constancia de ello.
Tú declaración me da una tremenda satisfacción.
Lo siento, porque te habré hecho sufrir muchas veces, como a mí hijo Pau.