Raúl Fernández: El guardián del Norte

-Fotografía: Raúl con el Athletic/ El Correo-
El Levante UD ha hecho oficial la llegada de Raúl Fernández-Cavada como guardameta de la primera plantilla. Tras un año brillante en las filas del Mirandés, el bilbaíno rubricó la firma en su contrato para las dos próximas temporadas y aceptó el reto de tratar de comandar, desde bajo palos, la vuelta del cuadro azulgrana a la máxima categoría del fútbol español.

Raúl, de 28 años de edad, se formó como futbolista en la cantera del Athletic Club, quemando etapas de una manera más que satisfactoria y convirtiéndose en uno de los porteros de referencia para los entrenadores de los diferentes equipos. Tanto es así que, tras una temporada como arquero titular del segundo equipo de los leones, se decidió que forjara su cartel lejos de Bilbao. Sus cesiones a Conquense y Granada, ambas en Segunda División B, fueron más que satisfactorias. Especialmente esta última, alcanzando la categoría de plata con el combinado nazarí.

-Fotografía: Raúl entrena con el Racing-
A su vuelta de Granada, Joaquín Caparrós, por entonces preparador de la primera plantilla del Athletic, apostó por Raúl como competidor directo de Gorka Iraizoz. Sin embargo, pese a sus expectativas y a los cambios en el banquillo, el nuevo portero del Levante UD pasó más de tres años a la sombra del bueno de Gorka, disputando apenas cinco encuentros de más que poca trascendencia.

En 2013, el Numancia llamó a las puertas de San Mamés para solicitar la cesión de un Raúl que necesitaba sentirse nuevamente futbolista tras unos meses muy complicados. No obstante, Anquela apenas le dio diez partidos como guardián del arco soriano. Su irregularidad y falta de confianza le pasaron factura y, además, le acompañaron en las posteriores salidas a Santander y Valladolid.

-Fotografía: Raúl con la camiseta del Mirandés/ AS-
Pese a todo, su falta de protagonismo y su carrera, marcada de manera negativa y en una clara trayectoria descendente, eclosionaron de una manera asombrosa y más que positiva. Raúl aterrizó en Miranda del Ebro con la intención de ocupar el vacío dejado por Nauzet (se marchó a Osasuna) y el resultado fue más que satisfactorio: cuarenta y un encuentros disputados y la sensación general de haber cuajado una temporada sobresaliente.

En cuanto a sus cualidades como guardameta, Raúl cuenta con una espectacular envergadura como carta de presentación. Una planta envidiable, de casi dos metros, un notable dominio del juego aéreo que bien se trabaja y pule en la escuela bilbaína y el hecho de ser capaz de perpetrar intervenciones antológicas. Eso sí, siempre que cuente con ese factor de confianza que evite que entre en una espiral de irregularidad que, años atrás, ya le pasó factura. Con tranquilidad y equilibrio en el entorno, puede ser una pieza de enorme valor para el equipo. El guardián del Norte, a buen seguro, está preparado para el reto.

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