Doctor Jekyll y Mr. Hyde

Increíble, pero cierto. Si nos cuentan que el guión de hoy es orquestado por mejor Alfred Hitchcock, a nadie nos sorprendería. Las dos caras del Levante no se vieron en casa y lejos del Ciutat, no: se vieron en un mismo partido. Casi noventa minutos de gran desgaste y exigencia que la más cruel de las fortunas arrebató en ese casi. Sí, porque en dos minutos fueron capaces de tirar por la borda una renta de dos goles y dilapidar cualquier atisbo de esperanza en una afición que explotó brutalmente.

-Foto: Jorge Ramírez / Levante UD-
Con una revolución en el once inicial, el preparador catalán trató de insuflar a los suyos una dosis extra de moral, físico y confianza. Pedro López y Cuero fletaban una banda derecha radicalmente distinta a la presentada en Granada, Juanfran recuperó su lugar en el lateral zurdo, Feddal en el eje de la defensa y Casadesús llevó a un controvertido Deyverson directo al banquillo. 

Precisamente, el renovado perfil diestro del esquema azulgrana fue el que acaparó los focos durante los primeros diez minutos de partido. Por un lado, en el apartado defensivo. La marca de Pedro López a Muniaín fue precisa y personalizada, conscientes todos de su fenomenal capacidad técnica y de desborde.  Por otro lado, la vertiente ofensiva, encabezada por un Mauricio Cuero que se ha postulado como uno de los pocos rayos de luz en un tramo tan complicado de la temporada.

Justamente de una acción cuajada desde la derecha, llegó el primer gol del Levante a los trece minutos de encuentro. El balón aterrizó en los pies de Lerma, cuyo envío, sensacional y mágico como pocos, superó a la zaga bilbaína y sirvió para que Casadesús estrenase el electrónico e inyectase una vacuna de motivación a una reticente y todavía herida hinchada.

Como era de esperar, los 'leones' se enfundaron el mono de trabajo y comenzaron a despertar de un verdadero letargo que traía de cabeza a Ernesto Valverde. No obstante, el dominio territorial de los visitantes no se tradujo en el peligro esperado y el bueno de Diego Mariño apenas tuvo trabajo antes del paso por vestuarios. 

No pudo decir lo mismo la pareja de centrales del Athletic, que comprobó de primera mano cómo las diabluras de Rossi pueden ser algo más que simples travesuras sobre el césped. Hasta en dos ocasiones, la magia del italiano puso en pie a un Ciutat que observó cómo la renta se pudo incrementar con un disparo de Cuero que repelió acertadamente Gorka Iraizoz.

-Foto: Jorge Ramírez / Levante UD-
Con mucho dinamismo dio comienzo la segunda mitad. Y sí, también con polémica. Rossi se plantó ante Iraizoz y le batió por bajo tras un precioso pase filtrado entre líneas. Sin embargo, el linier, de manera errónea, decretó fuera de juego en la acción ante la desesperación de los futbolistas y de todo el respetable. Un minuto después, Mariño obró el milagro en el área contraria con una intervención de muchos quilates en un momento clave. 

'Txingurri' dio entrada a Lekue y Susaeta en detrimento de Iturraspe y Borja Viguera con el objetivo de dotar de más mordiente a un equipo que, pese a sus hoy escasos argumentos, inquietaba mediante las internadas por banda de un, pese a todo, apático Iñaki Williams. Contestó Rubi dando entrada a Verdú y Deyverson por Cuero y Casadesús, los dos mejores futbolistas del Levante, hecho que no tardó en reprobar la hinchada con una sonora pitada.

Todo esto no sirvió sino como preámbulo al segundo gol del Levante. Después de una fenomenal ocasión de Pedro López, con un disparo desde la frontal tras acción soberbia de Rossi, el italiano tomó la dirección en la creación y manufactura del tanto de la... ¿tranquilidad? Eso aquí no existe, amigos. Cedió en el momento justo a Camarasa, éste filtró para Morales y, con ayuda de Etxeita, el balón acabó lamiendo las mallas de la meta de Gorka.

A partir de ese instante, el Levante trató de llevar el partido a la 'Fase Dormidina' para terminar así de aniquilar a un Athletic que no fue hoy el rival que muchos esperábamos, pero en el que el gen de la garra y la entrega no son negociables en ningún momento. La tragedia, además, quiso volver a cebarse con un equipo al que todos los factores parecen condenar a un abismo sin fin. Susaeta y San José, en los dos minutos finales, revirtieron un dos a cero a favor que se dilapidó de la más sonrojante de las maneras. Poco más que decir, la verdad. La Rosaleda espera al Doctor Jekyll... o quizá a Mr. Hyde. O vaya usted a saber...


Ficha Técnica

2- Levante UD: Mariño; Pedro López, Medjani, Feddal, Juanfran; Camarasa, Lerma, Cuero (Verdú, 62'), Morales; Rossi, Víctor Casadesús (Deyverson, 65').

2- Athletic Club: Iraizoz; Bóveda, San José, Etxeita, Balenziaga; Iturraspe (Lekue, 55'), Beñat, Raúl García; Williams, Muniaín (Elustondo, 69'), Viguera (Susaeta, 55').

Goles: 1-0, Casadesús (13'); 2-0, Exteita (p.p.) (68'); 2-1, Susaeta (88'); 2-2, San José (90').

Incidencias: Partido disputado en el Estadio Ciutat de València ante 15263 espectadores. El colegiado del encuentro, Iglesias Villanueva, amonestó Lerma y Juanfran por parte del Levante UD y a Etxeita por parte del bando visitante.


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