Desafección granota y reparto de remos

El levantinismo está harto de desengaños. Los últimos dos años han venido cargados de ellos y aunque se consiguiera el ascenso a final de temporada, no taparía las carencias de un proyecto que en lo deportivo no ha estado a la altura de las expectativas. Para más inri, el último partido en Tenerife ha acrecentado la desafección granota y es momento que los remos deban emplearlos otros protagonistas.

- La afición del Levante UD en el estadio Ciutat de Valencia (@Adolfo Benetó | LUD) -

El crecimiento de la masa social que se ha logrado durante los mandatos de Quico Catalán es más que evidente. La afición del Levante UD ha ido en aumento y, pese a que a veces parezca dormida, hay actitudes que no tolera. Tres días después de la avergonzante derrota en el Heliodoro, el enfado y malestar sigue muy presente en muchos levantinistas que les va a costar pasar esta última página. No es simple resultadismo, que también, sino la imagen que dio un equipo que tiene la obligación de volver a Primera División.

Sin el escudo de las bajas, porque nombre por nombre se era mejor en prácticamente cada puesto, el Levante apenas necesitaba un punto. Un simple y mísero empate para seguir dependiendo de sí mismos por el ascenso. Incluso con una victoria se hubiera alcanzado la cima del liderato. Pero el estar malacostumbrados a jugar con la calculadora, la falta de ambición y por momentos la puesta en duda del nivel real de compromiso de estos jugadores condenaron al enésimo fracaso, el más duro y en el que posiblemente no haya vuelta atrás para evitar los play-off. Es decir casi adiós a la vía del ascenso directo.

Este lunes no hubo caída en los servidores de la web oficial del Levante por retirar gratuitamente entradas, como sí ocurriera contra el Deportivo Alavés. En una torpeza añadida del club, se anunció otra promoción cuando ni si quiera habían transcurrido 24 horas de la debacle en Tenerife. En lugar de dejar un domingo de relax y de reflexión para que las aguas volvieran un poco a su cauce, cuando se sabía que el ambiente era de máxima tensión y podía jugar claramente en su contra por la reacciones y posicionamiento de cara a la citada campaña para intentar llenar de nuevo el Ciutat de Valencia, se dio paso a esa nueva precipitación y no se esperó al inicio de la semana. Como era "normal", las redes sociales son una bomba de bilis en las que resurgió toda la ira por parte de la gente.

La desafección granota es un hecho. Donde hubo un recibimiento para el recuerdo y casi 25.000 almas, la próxima jornada contra el Ibiza volverán a estar los levantinistas de siempre y pocos más, algunos a regañadientes. Por supuesto, serán aficionados que con todo su derecho y de forma lícita habrán retirado (o no) entradas extra para llenar el templo de Orriols. También espectadores que no volverán a mostrarse impasibles ante cualquier apatía o ver que cualquiera reserva la más mínima gota de energía.

Porque el levantinismo sí estará, como ya ha ocurrido en numerosos desplazamientos, entre los que se incluye la pesadilla de Tenerife. Quedan tres finales contra equipos que solo tienen el honor en juego, pero hay que ganarlas como se daba por hecho que ocurriría en las islas. No será eso suficiente ya que hay que esperar algún tropiezo inesperado del "big 5". El reparto de remos pasa exclusivamente a Javi Calleja y a los futbolistas, para así sanar esa desafección


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