Cuando peor lo estamos pasando, más barreras nos ponemos. Barreras que nosotros mismos construimos para aislarnos de nuestras preocupaciones, riesgos o problemas. En cambio, en muchas ocasiones, nos exponemos todavía más a estos males.
-Foto: Paco López y Bardhi (@Pau Llorca / _mrmedia_ )- |
Por cierta experiencia vivida y cuestiones que no vienen al caso exponer ni detallar, al igual que así le ocurrió a gran parte del levantinismo, hay constancia de que Paco López lo ha pasado francamente mal. Y su entorno no ha sido menos. "También nos vamos enfadados cuando las cosas no salen bien", comentó tras imponerse al Barça el pasado sábado, en referencia a cómo había afectado ese fatídico duelo para todos contra el Espanyol. Para unos más que otros.
Pero al igual que el propio míster se había puesto algunas barreras que le impedían en cierta manera reconocer o apreciar en qué no estaba acertando o qué condicionaba negativamente al equipo, ese impás y con rápida reacción hizo desligarse de dichas trabas. Quizás las declaraciones de Coke fuera la causa o puntilla final para volver a encender ese chip desconectado. También la charla reflexiva mantenida internamente en el vestuario, donde esa insuficiente actitud y acusaciones a los que más apoyan no podían tolerarse de ninguna de las maneras. Y las consecuencias trajeron también modificaciones tácticas en el siguiente partido.
-Foto: Campaña y Radoja (@Pau Llorca / _mrmedia_ )- |
Un Bardhi que venía de lesión. Pero un astro macedonio que, pese a no contar siempre con la confianza de sus entrenadores, aparece cuando se le exige, con actuaciones o goles de pura clase. Y junto a ello, con un 4-4-2 que obligue a encontrar sitio nuevo a los "líderes" del Levante, como Morales actuando de falso nueve, y una estabilidad no vista hasta la fecha con repetición de alineación. Once futbolistas que pudieron con la Real Sociedad y hasta con el Barça de Valverde, en apenas cuatro días, logrando seis puntos que no entraban en las quinielas ni de los más optimistas.
Era cuestión de barreras. Sin ellas y sin esa venda en los ojos menos opaca que en anteriores precedentes, poco ha necesitado Paco López para volver a ilusionar en cierta medida con este Levante y recuperar él mismo parte de ese crédito perdido. Un crédito que no debe terminar ahí, sino además tiene que mantenerlo o incluso incrementarlo, con argumentos futbolísticos mostrados en el verde. Posiblemente otro de sus hándicaps en estos casi dos años completos al frente del banquillo.
Por ello, más allá de la tolerancia, paciencia y del rango de acuerdo o discrepancias que individualmente se tengan respecto al actual estilo granota, las decisiones tomadas, planificación deportiva y agrado con Paco López y máximos cargos, cabe felicitarlos y apoyar a todos en estos momentos por lo vivido durante estos últimos días de la "transición granota".
Que sirva como toque de atención, pero recordando que la crítica es siempre más que necesaria, generalmente no se hace a mala fe ni con maldad (y nunca desde este medio) y dejando claro que sin barreras -salvo la de centrocampistas- es más fácil sumar por parte de todos, como una misma fuerza. Y por supuesto, mucho ánimo en todas las luchas deportivas y personales.
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