El Levante UD ha contado con numerosos contratiempos físicos en el último año. Algo que, por razones obvias, le ha perjudicado en sus aspiraciones, tanto de ascenso, como de ahora intentar salvar la categoría.
 |
| - Alineación del Levante UD frente a la Real Sociedad (@A. Benetó | LUD) - |
El Levante UD consiguió en el mes de mayo algo muy difícil: regresar a Primera División. Pero lo hizo arrastrando un problema que no entiende de categorías. Las lesiones, una vez más, pusieron piedras en el camino del ascenso y siguen condicionando, ahora con mayor crudeza, la lucha por quedarse en la élite.
Los contratiempos físicos han vuelto a hacer mella en un conjunto granota que, pese al paso de los años, no se desprende de este asunto. Durante este primer tramo de temporada, el equipo ha competido, por fases, desde la emergencia. La enfermería no ha quedado vacía en prácticamente ninguna semana desde el mes de agosto.
Sin ir más lejos, varios de los fichajes (Matías Moreno, Kervin Arriaga) no pudieron estar disponibles en pretemporada y arranque liguero. En casos extremos como el de Matturro, sin debutar en partido oficial hasta el mes de octubre. Todo sea dicho, algunos de ellos tenían un historial complicado a nivel médico.
Si a ello se le suman lesiones rutinarias que han apartado a futbolistas durante semanas, incluso más de un mes (Iván Romero, Pablo Martínez), queda un planteamiento con muchas grietas. Rotaciones forzadas, parches y jugadores arriesgando con su físico. Sin duda, la situación que más al límite fue se dio en el derbi, con Kervin Arriaga acariciando la titularidad menos de 24 horas después de aterrizar en Valencia.
El margen de error en Primera División es mínimo, y mantener la dinámica de lesiones de la plantilla se tornará en insostenible. De cara al comienzo de 2026, sí o sí el nuevo entrenador, Luís Castro, no podrá contar ni con Unai Elgezabal ni Brugui por contratiempos en sus rodillas.
Comentarios
Publicar un comentario