Un ángel llamado Andrés Fernández certifica una victoria vitalicia

Hay quien bajo presión es capaz de sacar lo mejor de sí. Cuando no existe el más mínimo margen de error, se repone ante las adversidades y logra hechos impensables. En lo que era una noche señalada para equipo y entrenador, el Levante UD logró una victoria de muchos galones ante el Real Valladolid.

Levante UD 2-1 Real Valladolid
- Dani Gómez y Pablo Martínez, autores de los goles al Real Valladolid (@A. Benetó | LUD) -

Si parpadean, se lo pierden. Apelando a los míticos comentarios de Fórmula 1, Dani Gómez entró con la sexta marcha metida y a los dos minutos hacía que los azulgranas ya mandaran. Pase filtrado de Sergio Lozano en su regreso a la titularidad, para que el delantero caracoleara y con gran puntería metiera un gol con cuño propio desde fuera del área.

Al perro flaco todo son pulgas y cuando aún se saboreaba el tanto, el Real Valladolid empató. Mamadou Sylla entró como un búfalo en el área, para transformar con precisión la asistencia brindada por Morro con un centro lateral. Partido nuevo a poco más de 80 minutos, que al final sería más con los prolongados descuentos. 

No fue de esos encuentros frenéticos en cuanto a ocasiones ni de inmenso peligro, pero la amenaza era constante en ambas porterías. Y si el Levante se ha quejado de los malos arbitrajes en su contra a lo largo de toda la temporada, no puede obviarse el incomprensible gol anulado a Sylla en una acción a balón parado, cuando el delantero pucelano partía en posición legal y desde el VAR se alteraron unas líneas irreales.

Para fortuna de los corazones granotas, Pablo Martínez los hizo sobresaltarse al filo del descanso, pero por un buen motivo: el segundo gol del Levante. Con uno de sus habituales disparos lejanos, el balón dibujó una parábola directa hacia la escuadra. Un gran golpeo desde unos 20 metros, que a la postre iba a tener mucho valor.

Agobiaron los blanquivioletas tras el descanso. Sin embargo, a los de Pezzolano les faltó más fuelle que en otras citas. Hoy que precisamente les podía aupar al ascenso directo, tras el pinchazo de sus rivales. Tan solo Iván Sánchez auguró el empate, con un mísil enviado desde el costado diestro que hizo resonar el larguero.

Los minutos finales fueron todo un cúmulo de sensaciones variadas, con motivo de dos penaltis. El Levante lo gozó primero, pero Kocho no engañó al veterano Masip. Aunque si hablamos de veteranía, el rey es el portero granota. En esta ocasión, disfrazado de ángel. Porque dos minutos después, era el Real Valladolid el que disponía de una pena máxima y Andrés Fernández detendría frente a Monchu. Por si eso fuera poco, un vuelo inmaculado con el 90' cumplido evitó la igualada a dos.

Con su guante y letra, Andrés Fernández concluyó como el gran héroe y al que Javi Calleja puede estar muy agradecido, ya que quien sabe si un gol extra pudo costar su puesto. Victoria certificada y ojalá punto de inflexión para volver a engancharse a la lucha de volver a Primera.


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