Las promesas están para cumplirlas. Por eso, con la Copa del Rey apenas había expectativas fijadas. Aunque hay defensores de esta competición (me incluyo), tenía la etiqueta de "partido intrascendente". Lo que nadie deseaba ni firmaba, eliminación a parte, es soportar otros 90 minutos con tan poco gen competitivo de aquellos que especialmente debían generarse más oportunidades en LaLiga Hypermotion.
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| - Levante UD y SD Amorebieta se enfrentaron en Copa del Rey (@Adolfo Benetó | LUD) - |
Sin desprecio alguno a la condición del adversario, pero siendo conscientes de la limitación en la calidad de su plantilla, a la postre la SD Amorebieta fue el justo clasificado. El teórico "equipo B" del Levante falló estrepitosamente ante un rival que lo quiso más. Ante todo, decepcionó a los 11.000 presentes en la grada que, aun siendo día festivo, repitieron cita en su butaca. Un nuevo revés encajado ya sin dolor alguno.
Como decía el técnico Javi Calleja en su posterior comparecencia postpartido, había que dar continuidad a la "línea competitiva" mostrada contra el Real Valladolid. De ello no hubo ni rastro. Además dejó entrever que en su plantilla actualmente permanecen jugadores que no están pudiendo estar al 100% de sus capacidades.
De esta noche copera, tan solo se recordará el precoz debut de Buba Sangare y poco más. Una garra, destreza e inteligencia del ilicitano con apenas 16 años que otros deberían aplicar. Esa falta de identificación general con el Levante genera una desafección prolongada, cuyo encanto y ambición de tiempos pasados ni rastro queda.
Porque hasta la fecha, se aprecia a un Óscar Clemente, una de las fichas económicas importantes en plantilla, con minutos irrelevantes y sin una idea de juego definida en pleno mes de diciembre. También a un Alejandro Cantero que repite la historia de comenzar cada año enchufado y apagarse como una vela bajo la lluvia. O la de un Bouldini que, pese a venir en últimas semanas de molestias, no se consolida como referente y certifica ser un delantero de rachas, pagando una cara factura por más goles que ahora están guardados en el baúl de los recuerdos.
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