La victoria granota menos guapa

Tres puntos siempre son motivo de satisfacción. Pero en esta noche de lunes, que el Levante UD lograra imponerse por la mínima ante el Racing de Ferrol pareció quedar más relegado a un segundo plano. Los acontecimientos del encuentro desviaron la atención e hicieron la victoria granota menos guapa.

- Un gol de Dani Gómez da la victoria al Levante UD (@Adolfo Benetó | LUD) -

Lo futbolístico no dejó una de esas noches de ensueño. A pesar de que el conjunto ferrolano no asfixió en la presión como sí hacen otros rivales, el Levante no supo proponer con claridad. Quizás las variantes tácticas presentadas de inicio no surgieron efecto, con un desaparecido Carlos Álvarez y con un desacertado Sergio Lozano.

Las lesiones fueron el plato principal. En menos de media hora cayeron dos pesos pesados: Fabricio Santos y Álex Muñoz. El delantero brasileño arrastró molestias gran parte de la semana, se le dio la oportunidad de inicio y enseguida se resintió. Por su parte, el lateral valenciano se aquejó de unos problemas físicos y forzaron a alterar la defensa por completa, que dicho sea de paso cuajó una actuación muy seria sin apenas concesiones.

En esa primera parte, apenas hubo que destacar una chilena de Bouldini y un doble intento del propio delantero y un mal disparo de Dani Gómez tras el rechace, interceptado por el meta Cantero. También cabe destacar que un defensa del Racing de Ferrol evitó una expulsión clara, al interceptar con la mano siendo el último hombre, cuando Bouldini se disponía a encarar al portero. Ni el árbitro ni el VAR lo penalizó.

Para la segunda parte, dos variantes más de Calleja y tampoco demasiado espectáculo. Sin embargo, esta vez sí hubo goles. Primero uno de Bouldini, invalidado por un fuera de juego previo. Poco después, el que sí valió.

Cuando más incómodo se sentía el Levante, Dani Gómez marcó un golazo para quitar las telarañas. El atacante madrileño se revolvió, encontró un mínimo espacio desde un vértice del área y fusiló. Una celebración con un mal gesto a la grada, con un dedo a la oreja. Ante esa falta de respeto, el público le silbó en cada acción que el juego pasaba después por sus botas, aunque después sería ovacionado en el cambio por gran parte del público.

Con Iván Romero haciendo la guerra por su cuenta por banda, las fuerzas que escaseaban y un susto menor de Iker Losada para el equipo gallego, el match fue muriendo. Sin mucha oposición, el Levante ganó de nuevo y ya es tercero.


Comentarios