El fútbol tiende muchos caminos que escoger y por los que desviarte. El levantinismo no se decanta por los títulos, sino por el preciado sentimiento de pertenencia. Valores, símbolos y personas que llenan su corazón al sentirse representados en ellos. Pero con Pepelu todo ha sido una película de ficción y con un desenlace desgarrador.
- Pepelu cambia el Levante UD por un fichaje con el Valencia CF (@Adolfo Benetó | LUD) - |
En toda la historia del fichaje de Pepelu por el Valencia CF no es de recibo obviar la responsabilidad y culpabilidad de todas las partes. Empecemos por el Levante UD. Retener al jugador el pasado verano era casi una irracionalidad. Se firmó una renovación hasta 2032, pero con trampa. Bien sabrá si ahora estará tranquilo y feliz esa mano inocente que puso una cláusula de salida por apenas 5 millones de euros, en caso de no conseguir el ascenso. Esta se recibe encima a plazos y el Valencia lo tasa en 100 kilos.
Siguiendo con el Levante, tampoco hay que ignorar que a Pepelu se lo pusieron crudo para llegar a lo que realmente es ahora. Un clásico desprecio a la cantera y a dar oportunidades, como suele ser habitual. Hasta tres cesiones por no confiar en la proyección de primeras en un baluarte propio. Y hasta el propio Paco López, aunque sea a toro pasado, admitió su error con el centrocampista y ahora se replanteaba contar con él en su proyecto del Granada.
Pero hablemos del protagonista, que da para largo y tendido. Lo de Pepelu se puede catalogar como mil formas: traición, engaño, decepción, un golpe bajo... En estos casos, siempre hay que dar la cara. Y en ningún momento Pepelu la ha mostrado. Ya no hablo mostrarse frente a "su afición", sino al trasladar directamente al Levante UD, y más concretamente al director deportivo o a Quico Catalán, su voluntad de abandonar el club con destino al máximo rival. El representante fue su escudero.
Hipócrita es de no reconocer que claro que cualquier granota el único destino que no quería era un traspaso al Valencia, como todo ser con un mínimo de orgullo propio y que entiende estas rivalidades futboleras. Claro que también hay dinero de por medio, pero en la vida los billetes no sirven para dar esa felicidad. Tanto a nivel profesional como personal, uno que conoce bien a Pepelu (o creía conocerlo), se siente engañado. Porque con sus mensajes ha jugado con toda esta familia levantinista desde su consolidación, por lo que no habla muy bien a la hora de actuar honradamente, más cuando también ha jugado con la inocencia de los más pequeños.
Pepelu podría haber sido lo que él hubiera querido. Era dueño de su destino. Podía haber sido emblema y leyenda de este club centenario. Podría haber sido un señor y dejar Orriols con honores, como así lo hizo Vicente Iborra en dos ocasiones, aquel al que él consideraba un maestro. Porque el Levante está canino de percibir dinero en sus arcas, pero a Pepelu nadie le puso una pistola en la cabeza para firmar recién empezado julio por tu mayor enemigo. Negoció, además, escasos días después del duro revés del no ascenso contra el Alavés. Fue única y expresamente su voluntad final.
Ofertas no le hubiesen faltado a lo largo del verano, tanto por cantidad económica como por ambiciones profesionales. En otras épocas aún se hubiera entendido un traslado a la otra acera de la ciudad, pero actualmente el Valencia va a la deriva, con mal olor y no precisamente por la acequia que rodeaba Mestalla, sino por la gestión de Peter Lim. Lo que está claro, como dijo Quico Catalán, es que las cosas se podían haber hecho bien, mal o muy mal; y precisamente su salida no ha sido la mejor.
Aquí el gran defecto ha sido uno: el de la afición del Levante UD. Porque nuevamente, después del episodio Morales, se aferró a esa inocente cara que rebosaba aparente felicidad del pequeño José Luis, al creer que era uno de los nuestros. Que le vaya bonito; o no, ya que más da. Lo que sí está claro es que, al menos por mucho tiempo, este habrá sido el último error del levantinismo: el creer en la palabra de un futbolista, como se hizo con Pepelu, un ídolo ya caído.
Tota la raó
ResponderEliminarEs muy triste que se vaya y al final que va a ser del levante si se van los mejores..
EliminarRaro
ResponderEliminarQue buen articulo, todo creíble
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo con este artículo. Los jugadores pesan onzas, el escudo toneladas.
ResponderEliminarEscozido?
ResponderEliminarSomos muy inocentes, esperemos que sea nuestro último error
ResponderEliminarLa despedida de Pepelu es correcta, lo no correcto es lo de Quico Catalán y Felipe Miñanbres. Sus errores los pagan el Levante y su afición y los beneficios ellos. MARCHENSE!!!!
ResponderEliminarPara cuándo la salida de Felipe Miñambres para el que no ascender no es un fracaso? A la vista está el éxito que ha supuesto el continuar en Segunda.
ResponderEliminarEl artículo está muy bien hasta que leo "tu mayor enemigo". Sentimientos de aficionados, todos los que queramos, pero en este mundillo del fúbol, hay profesionales que tienen un futuro por pintar y un dinero que ganar. Coquelin y Parejo se fueron del Valencia al Villarreal sin necesidad de hacer ninguna mudanza. Lo mismo Morales y lo mismo Pepelu. Mismo trabajo, jugar en la élite y sin cambiar de residencia. ¿Tú qué harías? En el Levante tuvimos a Fernando Giner durante 2 temporadas, todo un emblema del valencianismo, también a Mijatovic, a Farinós, a Xisco, a David Navarro, el propio Vezo... y muchos otros estuvieron en el Valencia y luego en el Levante. Fueron bienvenidos. En el pasado muchos otros del Levante carismáticos como Nando o Vicente, se fueron al Valencia también. Pepelu ya se marcha con viento fresco y muchas gracias por los 5 kilos. Si la temporada (ya pasada) no se hubiera lesionado Pablo Martínez, no estaríamos hablando tanto de Pepelu... aquí hay gente que se queda que es como Pepelu o mucho mejor. Por mi parte, un abrazo a Pepelu y le deseo los mayores éxitos profesionales y personales. Lo del "peor enemigo" es un desacierto. Al final destruiremos esto tan maravilloso que es el fútbol nosotros mismos.
ResponderEliminarMenos mal que hay personas que además de amar unos colores tienen coherencia y sentido común. Siendo los dos equipos representativos de esta ciudad. Amunt Valencia y Amunt Levante. Ojalá volváis a primera y nunca más bajéis.
EliminarMáximo rival del Levante es el Valencia?Se han jugado finales o títulos juntos?Se han quitado ligas o copas?Vuestro máximo rival puede ser Alaves Cadiz o Granada..el problema del Levantinismo ha sido siempre mirar antes al vecino que a sus propios rivales
ResponderEliminarYo creo que los levantinistas vamos a volver a cometer ese tipo de errores por desgracia.
ResponderEliminarEl problema no es Pepelu, sino como nos anunciaron la renovacion de 10 años, sin decir que cualquiera con 5 k se lo podia llevar. Igual me da el Valencia o el Eldense, fue un engaño en toda regla a la aficion
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