La técnica del avestruz

Este Levante llevaba dando síntomas de descontrol desde hace tiempo, demasiado. Basta con retroceder hasta principios de temporada, cuando hicieron malabares para que Mustafi pudiese jugar con dorsal de portero, cuando se libraron por los pelos de indemnizar a Hernani por dejarle (aún con contrato) sin ficha entrenando en un gimnasio de Setúbal, o cuando Campaña deslizó públicamente que tras ser tratado por los servicios médicos del club prefirió ir a ver a "los expertos". El problema fue tomarlos como algo anecdótico, y que al final nos reiríamos de todo ello. Quizá esta frase os suene de algo.

- La afición ha sido el único motivo de orgullo en una temporada nefasta, y la única capaz de empezar un cambio (Álex Caparrós / Getty Images) -

Los orígenes del desastre, por otra parte, ya los conocemos. En lo económico, ante la enorme falta de previsión, se toparon con un margen de maniobra nulo en el mercado invernal más importante de nuestra historia reciente. En lo deportivo dejaron al equipo en manos de amigos antes que de gente cualificada, cuando todavía no era demasiado tarde. En lo social, los intentos por conectar con la afición se cuentan por torpezas, logrando no solo no representarla sino alejar progresivamente su sentimiento de pertenencia. Cada punto, siempre, bajo la supervisión y el visto bueno del de arriba.

Estamos en Segunda División y sin embargo hay quienes no creen que ésta sea situación de urgencia. Es tan increíble como cierto. El FROG solicita la convocatoria de un Patronato de la Fundación para valorar algo tan obvio como la continuidad del Consejo de Administración y su presidente Vicente Furió dice que no, que ya tal. Dentro respiran porque saben que les sigue funcionando la técnica del avestruz, la que ejecutan sistemáticamente: meter la cabeza bajo tierra, esperar a que pase el chaparrón y luego continuar como si aquí la cosa fuese sobre ruedas.

Mientras nadie alce la voz va a seguir siendo así. La mayoría accionarial la tienen ellos, y al igual que Quico Catalán ya salió respaldado de forma aplastante en la última Junta General de Accionistas celebrada el 22 de diciembre, no se esperan grandes sorpresas en el "autoexamen" al que se someterá este verano. Es fácil intuir si ha estado estudiando estos meses cuando, recién consumado el descenso, le preguntan en los micrófonos de Movistar qué es lo que se ha hecho mal y su respuesta es un sencillo "no lo sé".

El llamamiento hay que hacerlo a la grada, que hasta el momento no ha sido capaz de dar el primer paso hacia el cambio porque la han dormido con un paño de cloroformo. Fue frustrante la reacción del Ciutat de València el pasado sábado frente al Alavés. Era el último partido en casa, después de una temporada bochornosa que tuvo su broche de oro en el Bernabéu, una humillación histórica, y a pesar de todo se escucharon ovaciones y "olés" (para flipar) por encima de los tímidos silbidos desincronizados, que ni mucho menos se acercaron a la sonora pitada esperada incluso por los propios culpables.

La explicación podíamos encontrarla minutos antes fuera del estadio, en la manifestación organizada por la plataforma Levante Somos Todos. Había cientos de personas, pero solo un grupo de entre cincuenta-sesenta tomó la iniciativa y protestó contra la gestión actual. El resto hicieron corro para observar y grabar, como el que se encuentra a un tío tocando el piano por el centro de Valencia o a una tuna en la terraza de un bareto. En meter presión, que era lo importante, ese sector reducido se quedó solo. ¿Acaso no vimos en el cara a cara con los capitanes que estar ahí, cuerpo presente, es lo que realmente hace fuerza?

El primer equipo descendido, el filial descendido, el femenino fuera de Europa firmando sus segundos peores números en la última década, y el fútbol sala a un paso de quedarse fuera de playoffs tras haber quedado subcampeón hace un año. ¿Quién arregla esos daños? Ahora vienen vacaciones de verano y como la gente, que está hasta el gorro, querrá pensar en cualquier cosa menos fútbol aprovecharán para tapar el bulto. No puede ser que todo se arregle renovando a Morales dentro de dos semanas. No podemos comprar esa película.

Es envidiable cómo esta afición se ha dejado la vida y se ha pateado el país entero, pese al panorama desolador, animando siempre que ha existido la más mínima esperanza de salvación, pero ya no hay motivos para no señalar a los responsables. No se consigue a base de tuits, se consigue en el campo. Y si el de al lado te mira raro por cantar o girarte hacia el palco, pues ya sabrá. Que nadie nunca te diga que eres menos levantinista por hacerlo, porque miente. Si sientes que esto es impermisible, no agaches la cabeza. Eso ya lo hacen otros.


Comentarios

  1. Estamos exactamente igual que el xoto cf SAD.
    Lo único que se puede hacer es el PATALEO, GRITAR Y ABUCHEAR a los gestores del Club y Fundación.
    Soluciones prácticas NINGUNA porque las SAD se rigen por ACCIONES y tanto AFICIONADOS XOTOS Y GRANOTAS solo nos queda el consuelo del pataleo.
    Pero por lo menos PATELEEMOS Y GRITEMOS, en eso estoy de acuerdo.

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  2. A lo mejor es que la gente a pesar de todo está con kiko

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  3. Desgraciadamente privan las ACCIONES y quien las tiene es la Fundación, nos queda hacer MANIFESTACIONES como están haciendo los aficionados xotos, pero por lo que veo, nosotros NI ESO.

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  4. Preguntaros si es que la alternativa existente no comunica su proyecto o planes a futuro o quizás los altavoces periodísticos no lo transmitan.
    Matxo Llvant

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