Cansados de tantas humillaciones

Ni un solo consuelo para otra derrota humillante. Las balas se van agotando, si no lo están ya. En el derbi valenciano, el Levante UD sufrió otro aplastamiento a costa del Valencia CF. Un tres a cuatro en contra, destapando las vergüenzas durante la segunda mitad de encuentro.

- El Valencia CF se lleva el derbi del Ciutat de Valencia, al ganar por 3-4 (@Aitor Alcalde | Getty Images) -

40 minutos de un fútbol excepcional. De una versión para creer en el Levante. No solo en juego, sino con hechos, por actitudes y en goles. Diakhaby, que en el primer derbi tras la pandemia fue protagonista negativo, hoy volvió a serlo cometiendo un penalti por manos. Campaña, que erró el penalti al lanzar de pena, supo aprovechar el rechace para poner por delante al Levante.

A partir del gol, los de Alessio Lisci se fueron creciendo. Tres minutos más tarde, contragolpe de manual. De los que recuerdan a ese Levante líder de antaño. La puntilla la metía Roger Martí, firmando el segundo gol con una gran finalización, para seguir demostrando que no hay mejor goleador que en él en estas citas. Morales estuvo espléndido hasta que duró la gasolina, con regates y jugadas individuales para hacer más sangre. El debutante Marc Pubill sacó matrícula, la única nota a destacar de la línea defensiva incluso en sus incorporaciones al ataque.

Pero Guedes dijo basta. En el 43' aguó la fiesta en Orriols. Golazo de los que él y pocos más están capacitados. Si con dos goles de ventaja no se podía estar tranquilo, con uno menos. Y los fantasmas del pasado reciente volvieron, con una desoladora segunda parte.

Mentalidad derrotista. Con el factor psicológico bajo mínimos, con la fuerza física en reserva y con el Valencia jugando a su antojo. Ni los revulsivos granotas pudieron cambiar el plan. Un fallo más de Vezo que se traducía en ahora un penalti para el Valencia, castigando el capitán Carlos Soler. Justo cuando se podía haber producido el tres a uno, con un larguero de Dani Gómez y el rechace no materializado por De Frutos, que se topó con un titán llamado Cillessen.

Los mismos goleadores, Carlos Soler y Guedes, fusilaron a lo poco que resistía del Levante. El tercero, aprovechando una pérdida de Clerc por no contar con apoyos. El cuarto, del portugués al resolver bien delante de la poca oposición dentro del área rival. Y aunque Bardhi puso maquillaje en el descuento, no dio para más.

Maquillaje. Eso va a necesitar el Levante. Porque la situación pinta muy fea y solo un milagro evitaría el descenso. Los "Quico vete ya" comienzan a escucharse, mientras el levantinismo está cansado de tantas humillaciones.


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