"Nos vamos a divertir", decían unos turistas al entrar al estadio por uno de los tornos del Ciutat de Valencia. Desconozco si lo pasarían bien. Goles no hubo. Por ello, el Levante UD sigue condenado a la eterna espera de no conocer la victoria y cosechó un nuevo empate sin goles frente al Athletic Club.
- Levante y Athletic Club no pasaron del empate a cero en Orriols (@Álex Caparrós | Getty Images) - |
La actitud ha sido otra. Es indiscutible que este Levante ha sido diferente al de las últimas derrotas trágicas. Pero ese plus de actitud no siempre es suficiente. Y en la lluviosa noche del viernes, se tuvo cerca, pero sigue sin ser posible. Ya son hasta veintidós jornadas oficiales donde se desconoce el sabor del triunfo por parte del equipo levantinista. Se sigue tensando la cuerda y cada vez está más cerca de romperse, intentando esquivar el precipicio.
Acierto de los delanteros, casi inexistente. Trabajo de los porteros, poco más. Unai Simón, a escasos quince minutos del final, tiraba de argumentos demostrando porque es actualmente el portero titular con la Selección Española. Gran despeje a un tiro crucial por parte de De Frutos y un valioso punto que haría sumar a su equipo. Dani Cárdenas, también en el segundo tiempo, salvó los muebles cuando Son perdió una marca al trastabillarse.
Hubo tiempo hasta para la polémica, ambas en el primer periodo. Un penalti reclamado para cada equipo. Incluso Munuera Montero, árbitro principal de la contienda, fue requerido a consultar el VAR, tras una posible infracción por codazo e incluso manos de Campaña en un córner. Acción desestimada, mientras jugadores y afición granota no daban crédito a que dicho lance pudiera significar una pena máxima en su contra.
Tiempo, precisamente, cada vez queda menos. Con una ovación generalizada se premió al Levante tras el pitido final, con caras largas de los futbolistas bajo el aguacero. Su esfuerzo nuevamente había servido para poco premio. Con muy poco se entusiasma al graderío, éste lo valora, a pesar de significar otra desilusión. Pero no se puede vender como un éxito.
La realidad es que son 7 puntos en total los que figuran en el casillero de la clasificación. El plus también es imprescindible ahora desde el factor resultadista para los de Orriols.
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