Si pudiera volver atrás

Venía pensando cómo dibujar y explicar la crónica del último partido en Orriols. Un martes, un tardío día intersemanal de septiembre, con pitido final a punto de llegar la medianoche y con nueva derrota del Levante UD contra el Celta de Vigo.

- Dos errores de Róber Pier y Vezo facilitan la victoria del Celta de Vigo (@Levante UD) -

La inmediatez enfrentada a una breve reflexión. El corto camino a pie de 20 minutos desde el Ciutat de Valencia hasta llegar a casa es muy útil para meditar. Si se gana, para deleitarse con las mieles y sabor del éxito. Si se pierde, frustrado y enfriando los ánimos. Porque esta caminata ha servido para echar sapos y culebras y no tener que soltar palabras malsonantes o en caliente. 

Una derrota, la que hace que el Levante sume ya 14 partidos consecutivos sin ganar, que no sabes si duele, escuece o se asimila hasta con cierta normalidad. Después del "trinquet Ciutat de Valencia" como traducción de una primera parte insulsa y con unos Pepelu y Pablo Martínez brillantes, la misma historia de siempre en los momentos decisivos.

Si pudiera volver atrás, seguro que Róber Pier hubiera soltado antes el balón para no cometer otro error que no se puede consentir en primera división y que le vuelve a dejar en muy mal lugar, regalando el gol inicial a Iago Aspas. Si pudiera volver atrás, seguro que Roger Martí hubiera sabido tener la mente más fría para no mandar a las nubes su primer claro remate y más tarde para engañar a Dituro y transformar un (injusto) penalti. Si pudiera volver atrás, seguro que Vezo no hubiera actuado como un saltarín descontrolado cuando nunca había que hacerlo, poniendo la sentencia Brais Méndez para el Celta de Vigo.

Si pudiera, pero no se puede... Porque querer sí es poder. Y solo falta no tener que acordarse de que hubo un tiempo en que sí se pudo tomar decisiones en firme para cambiar la dinámica horrible de este Levante y no se hizo. Más vale poder antes que volver a recitar otro "si pudiera volver atrás".