¿Un ambiente idealizado?

Vencer al Real Madrid hace diez días fue un auténtico subidón para el levantinismo. El claro ejemplo de que -con voluntad y trabajando bien todo (no de boquilla)- no hay rival grande. Pero en esa constante etapa de subidas y bajadas del Levante UD, caracterizada por la irregularidad también en cuanto a nivel deportivo y resultados, contra el Eibar se pasó a la cara totalmente opuesta y con todo el mundo tirando balones fuera. ¿Somos conscientes de la realidad que azota? ¿Estamos amarrados a un ambiente idealizado?

-Sesión en el gimnasio (@Adolfo Benetó | Levante UD)-
Un desequilibrio que en el Levante ahora mismo parece no tener término medio. Donde el "hay que saber de dónde venimos" y "la permanencia es el único objetivo" se ha convertido en una canción tan cansina como el "Despacito" de Luís Fonsi en el verano de 2017, que sale a reproducirse en los momentos del conformismo. Algunos ya anunciábamos que ese triunfo contra el líder de La Liga era algo para presumir a medias, porque todo lo bien que se hace en estas citas luego no se compensa en los partidos que realmente importan, aquellos que otros malnombran como rivales de "nuestra Liga".

En Eibar, contra los futbolistas de Mendilibar, se volvió a motivar y dar alas a otro candidato a evitar el descenso. Porque el "buen Levante" duró un máximo de 25 minutos, tiempo en que en zona ofensiva se trenzaba debidamente (aunque sin acertar en finalizaciones), se contrarrestaba en defensa un partido roto de idas y venidas y Aitor Fernández seguía protegiendo los tres palos con aciertos. A partir de entonces, y con el error de González Fuertes precediendo al primer gol, desconexión total y haciendo balón de oro a Charles Dias, que ya acumula 7 goles en 12 partidos contra los granotas.

Para "recompensar" los esfuerzos del momento, descanso hasta este martes. Más de dos días y medio liberados de faena. Ya me dirán si esto tampoco es idealizar a la plantilla y más viniendo por parte del entrenador de los récords, como si todo estuviera hecho y después de igualar la mala dinámica de cinco derrotas consecutivas perdiendo a domicilio, como ocurrió en el último descenso de la temporada 2016/17. Para más inri, nadie contaba con el factor viento. Y en la vuelta a la rutina, sesión perdida debiendo pasar a ejercitarse en el gimnasio de la Ciudad Deportiva de Buñol. 

Y sí, siendo resultadistas, se puede respirar entrocortadamente por la situación en la clasificación, los pinchazos de tus oponentes, y esos más diez puntos como renta favorable. Pero todavía quedan esas tres victorias para terminar de rematar la faena. Y a ver ahora quién es ese alguien que se aventura a pronosticar y acertar contra qué equipos se terminará sumando para rebasar la cifra de los 40 puntos de salvación virtual.

Pese a que el Granada CF vendrá con la resaca (y tal vez la euforia) por afrontar el encuentro de vuelta de semifinales de Copa del Rey, para el Levante esto será otra final. Y aunque a algunos también esto les resulte cansino y no les guste hablar con estos términos que parecen convertirse en habituales, se dejará de referirnos a ellos cuando se produzcan dos hechos: esa permanencia real (y a poder ser no en la penúltima jornada) y ese cambio de mentalidad y de no dosificar esfuerzos a su placer según el momento. En esto también hay que ser un club de primera división, para vivir en un verdadero ambiente ideal.

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