Una semana de aciertos y más equivocaciones

Todo el mundo puede y tiene derecho a equivocarse, desde el más preparado o que más recursos dispone hasta el que se encuentra en el lado completamente opuesto. Una semana que en lo que rodea al levantinismo ha dado lugar a aciertos, pero también a una serie de equivocaciones dignas de mencionar y reconocer.

-Rochina contra el Barça (@LaLiga.es)-
Sería el pasado miércoles, en la recta final del mercado invernal de fichajes, cuando implicaría que iban a producirse movimientos y, por tanto, trabajar para arreglar el desaguisado que podía producirse. Una gestión que, más allá de discutir cuanto ha tenido que ver el seguimiento del área deportiva y cuanto el tratar con el Getafe CF más los ofrecimientos de los representantes, ha sido bastante rentable desde casi todos los sentidos. 

Dicho sea de paso, error también de los medios de comunicación que cubren la información del Levante UD, entre los que nos incluimos, al no acertar con las cifras exactas y derechos de la venta de Cabaco, posteriormente anunciados por Quico Catalán en la rueda de prensa del 3 de febrero en la sala de prensa del Ciutat de Valencia.

Un total de 7,1 millones de euros totales, descontada ya de ahí la cifra que corresponde a Nacional de Montevideo, por las ventas de Cabaco y Oier. Además, con la incorporación de dos futbolistas que suplían en puesto y perfil sobre las necesidades que tocaba afrontar con estas marchas. Desde el prisma deportivo, si bien es cierto de que Cabaco ahora mismo era uno de los zagueros titulares, también estaba condicionado a los problemas físicos de sus compañeros de puesto y nunca había contado con dicha etiqueta de fijo para Paco López. Con Bruno y Koke Vegas, dos jugadores más para hacer competencia.

Pero puestos a hablar de fichajes y de equivocaciones, una de ellas se reafirma cada partido que transcurre teniendo a Simon Moses como actor protagonista. Y como antagonista, Paco López. Su decisión de no seguir contando con el nigeriano, además de sacrificar a otro de los hombres de banda que tenías en propiedad, está saliendo cara al Levante. 

Aquí, todo hay que decirlo, no se vio al "mejor Simon", pero tampoco se le dio peso en el equipo e incluso ejerció como carrilero gran parte del tiempo, algo que no es lo suyo. Ahora, en cambio, con el FC Nantes francés está siendo una de las sensaciones la Ligue 1 y un auténtico chollo. Puestos a mirar el lado bueno de las cosas, con dos goles más anotados (ocho en total) en sus últimas dos apariciones de competición liguera más Copa contra el PSG, ya solo queda esperar que los galos adquieran sus derechos y el Levante recupere la inversión (más un porcentaje de beneficios) que en su día hizo por el talentoso extremo. Para ello, con un partido más disputado y un par de tantos más producidos, se deberá realizar el trámite.

Regresando de nuevo a la Liga Santander, el Levante acarició este pasado domingo el empate en el Camp Nou. Una de las pocas veces en que por ocasiones y opciones reales ha podido salir con algo positivo del estadio imposible. Sin embargo, por todos es sabido que los partidos duran noventa minutos y en al menos cincuenta y cinco de ellos no se dio la talla, consecuencia ligada al planteamiento y propuesta inicial del técnico de Silla. 

Admitiendo que el toque fue certero, faltó de inicio esa velocidad y desborde que te da Hernâni (a falta del mejor Morales) y esos espacios que te genera Borja Mayoral con sus asociaciones. Bien que se notó la entrada de ambos, haciendo reaccionar y dando lugar al optimismo y creer por parte de todos (futbolistas y seguidores) desde dentro y fuera del terreno de juego. "A toro pasado, todos somos Manolete", pero nuevamente la táctica condenó en vivo.

Y en el último punto del orden de la semana, otra equivocación a medias. No del club granota, sí de Cordero Vega. La RFEF ha asumido con su debida corrección del acta oficial del partido que el gol valenciano en el Camp Nou no fue de Rochina, sino del portugués Rubén Vezo, que terminaría tocando y desviando ligeramente la trayectoria del disparo. Para "Rochi", un pequeño trago amargo cuyo trallazo obra de la casa bien merecía llevar su rúbrica final. Para el central luso, su tercer tanto como granota. Y ahora, a no equivocarse contra el Leganés, de ninguna de las maneras.


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