Vamos a ponernos serios durante unos minutos. Vamos a dejar al margen ese tono de jolgorio que tanta facilidad tenemos de reflejar en las redes sociales para dar la nota o crear contenidos virales. Ahí sí somos auténticos especialistas y llevamos gran ventaja a otros clubes, podamos estar más o menos de acuerdo y en qué momentos deberían emplearse.
Esa seriedad y profesionalidad que caracteriza al Levante hay que ganársela. Y ha costado bastante tiempo, después de años pasados de mucha oscuridad. Pero sobre todo, lo que marca los éxitos o fracasos de una entidad, son los resultados deportivos.
-Tito y Coke (@Levante UD)- |
La plantilla regresó a los entrenamientos la pasada semana. Ocho días ya desde el primer entrenamiento de pretemporada. Y por mucho que se empeñe en venderse como tal, en realizar presentaciones (algunas por tercera vez como Róber Pier),... aquí no ha habido ni un dichoso fichaje. Ni bueno ni malo. Las únicas caras nuevas que ha visto Paco López en Buñol son las de los jugadores que estuvieron cedidos y que, por cierto, prácticamente ninguno cuenta para continuar vinculados.
Aunque hubo divorcio con Carmelo del Pozo y llegara más tarde Luís Helguera, alguien con buena fe puede responder a esto: ¿Qué ha estado haciendo o hace Tito durante todos estos meses? ¿No hay necesidades y movimientos qué realizar en cuanto antes pese a no ser una situación alarmante? ¿No se ha elaborado unos informes o investigaciones sobre posibles contrataciones? ¿Por qué esa relajación excesiva y ese visto bueno a todo?
Porque sí: el Levante, con el visto bueno de Quico Catalán, ha abierto la chequera para acordar el retorno de Rochina, Coke, Cabaco y Róber Pier. Cuatro jugadores que no eran propiedad del Levante pero que por activa y por pasiva ya habían dejado claro que iban a poner todo de su parte para regresar, al no contar tampoco en su club de origen. Más facilidades imposibles.
Y vayamos por parte. Empecemos por la "operación salida". Porque para que puedan haber fichajes e inscribirlos en La Liga, deben haber plazas disponibles. Y actualmente se cuenta con hasta 30 jugadores en nómina. Si los Verza, Samu García, Saveljich,... no cuenta y a otros como Rubén García, Sadiku, Raúl Fernández,... se les ha puesto la etiqueta de transferibles, ¿por qué no se trabaja seriamente en buscarles un nuevo destino? Se habla de interés, algunos más serios que otros, de los enamorados que están algunos clubes en tenerles, pero cada día que pasa es un día perdido y aquí no se mueve nadie. En la maleta se vendrán al stage de los Países Bajos, ocupando un puesto en que bien podría estar otro futbolista que durante la campaña liguera sí vaya a estar vestido de azulgrana.
¿Qué pasa con las nuevas altas? Con los fichajes de verdad. Con los que hay sentarse a negociar seriamente y convencerles de que el Levante debe ser su elección, no solo por dinero. Verdad es que -como se dice- hay una base sólida y este verano tocará realizar menos incorporaciones, pero tan cierto es que hay que acertar casi de pleno con dichas opciones. A 17 de julio, como diría Sara Montiel en su canción, "fumando espero al chico que más quiero".
¿Dónde está el central de jerarquía? ¿Dónde está el delantero contrastado? Preguntas que seguro a más de un aficionado levantinista todavía le resonará a modo de eco del pasado 2017 y que esta vez vuelven a repetirse. ¿Para qué? Para que al final, tras muchas negativas y dejar el tiempo pasar, tal y como está sucediendo en la actualidad, terminaran viniendo a última hora y como ofrecimiento y como descarte del Eibar los jugadores Cabaco y Nano Mesa. Suerte para todos que el central charrúa respondió con un notable rendimiento y compromiso...
Respondiendo a lo anterior, al central de jerarquía ni se le espera ni creo que se le esperará. Resonaron opciones, hubo agentes que ofrecieron a sus representados como el caso de Cala, pero con la compra de Cabaco vuelven a haber cinco centrales actualmente, contando al montenegrino-argentino Saveljich. Exceso de pretendientes a solo dos puestos.
Respecto a la segunda cuestión, el tema irritante, es el '9'. No quisiera ser cruel recordando que hasta enero, momento en que Roger volvía a los terrenos tras superar su lesión, hasta un total de cuatro delanteros distintos que nos vendían como oro de doce kilates no anotaron entre todos ni cinco goles. ¿Qué va a pasar ahora? ¿De verdad que habiendo dinero no se va a realizar un fichaje de garantías que asegure una buena cantidad de goles? Porque Boateng despertó en el último tramo de Liga, pero de no ser por el de siempre, el gran 'Comandante' Morales, y los goles de Bardhi, este Levante está más falto de gol que Murcia de agua.
Este 2018 el Lucas Pérez de turno viene disfrazado de Borja Mayoral. El internacional sub-21 del Real Madrid, sí. Será por eso: porque es propiedad del Real Madrid. ¿Experiencia? ¿Goles en primera división? ¿Es necesario otro experimento? Reuniones han habido y ofertas también, pero novias no le faltan. "Estamos dispuestos a esperar". Esa parece la respuesta no verbal del Levante. ¿Esperar a qué llegue la Supercopa de Europa y Mayoral entre en los planes del Real Madrid o incluso marche a otro club? ¿De verdad hay que arriesgar y jugársela tanto? ¿Merece la pena? El mercado está lleno de nombres y jugadores. Solo hay que rastrear, como hacía Manolo Salvador. Sino cómete al Nano Mesa de turno.
El famoso lema "Qué grande es ser pequeño" está muy bien y honra al Levante. Pero ya está bien y pongamos el listón un poco más alto. No nos conformemos con un nivel tan bajo de autoexigencia y nula autocrítica. En una temporada en que la Liga Santander la componen equipos tan noveles como Leganés, Huesca, Eibar, Rayo Vallecano,... con perdón y sin menosprecios a los mismos, ¿vamos a conformarnos un año más a decir que no hay para más o al menos intentar aspirar a algo más que la permanencia?
Este discurso para quien lo quiera comprar. A mí ya me cansa y me parecen excusas de mal trabajador (y pagador). Porque precisamente, haciendo la faena a tiempo y creyendo en las opciones propias, podríamos defenitivamente conquistar ya el futuro. No hay que remar para morir en la orilla o ser el más rico del cementerio. ¿Algún motivo por el qué esperar más?
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