Enis Bardhi: El talento abraza a la garra

Un Europeo sub-21 puede convertirse en el más codiciado de los escaparates para decenas de jugadores ansiosos por dar un paso adelante en su carrera. Las mejores selecciones del continente pelean entre ellas por alzarse con un cetro que, amén de coronar a nivel global, también premia sobremanera la faceta individual. España dejó escapar una oportunidad de oro ante una efectiva y pragmática Inglaterra y, si bien el premio final quedó a merced de las grandes potencias, algunos combinados impregnaron su fútbol y estilo en las retinas de los aficionados más 'random' y peculiares.

-Bardhi con la camiseta del Újpest/ SportArena-
Macedonia, cuya herencia balompédica no le permite dejar atrás el último escalón de las antiguas repúblicas yugoslavas, sucumbió a las primeras de cambio en la batalla sub-21 de Polonia. Dos derrotas y un empate que, sin resultar sorprendentes, permitieron descubrir algunos de los potenciales talentos del país balcánico. Y si un servidor quedó prendado del bueno de Lobotka (hoy ya futbolista del Celta de Vigo), no menos idílica y sorprendente resultó la consagración de Enis Bardhi y su salto a las primeras líneas del escaparate mundial.


Formado en las categorías inferiores del Shkupi macedonio, Enis emigró a Turquía para enrolarse en las filas del Prespa Birlik, previo paso por el histórico Brondby danés. Precisamente, en el cuadro otomano dio el tan ansiado salto juvenil para, gracias a su precoz idilio con el gol, enrolarse posteriormente en las filas del Újpest húngaro.

En el combinado magiar, Bardhi asumió bien pronto el rol de líder sobre el terreno de juego. Audaz y astuto, sus tres años como púrpura parecen haber sido demasiados. Maduro para su temprana edad y en plena progresión, Enis rubricó más de una veintena de tantos en su periplo por Budapest y llamó la atención de numerosos equipos de Europa del Este dispuestos a colmarlo con propuestas más que suculentas.

-Enis con Macedonia sub-21/ SEFútbol-
Sin embargo, el futbolista prefirió renunciar a un salto fugaz y transitorio, repleto de incógnitas y opaco en su final, para que el Europeo al que su selección llegó, en gran parte, gracias a sus quehaceres y diabluras sobre el verde, se convirtiera en la presentación definitiva al resto de Europa y del mundo. Sin ir más lejos, la complejidad de su fichaje es, como poco, difícil de calibrar.

Pero, ¿qué tiene el bueno de Enis que le hace distinto y especial? A priori, tras verle jugar unos minutos, uno puede llegar a una rápida pero tal vez equívoca conclusión: el clásico '10'. Talento entre líneas, buena visión de juego, capacidad de asociación y desborde en espacios cortos. Sin embargo, cuando el choque avanza y los mediapuntas comienzan a aparecer en momentos muy puntuales y determinados, se desmorona el juicio estándar de Bardhi. Lejos de ser un enlace al uso, cae con enorme facilidad a banda, busca con incisión las diagonales y arma ambas piernas con una facilidad y potencia pasmosas. Además, todo esto sazonado con la intensidad y el compromiso como ingredientes esenciales. 

Con la llegada del macedonio, el Levante incorpora un futbolista completo. Inteligente, con capacidad de analizar el juego de manera notable pese a su juventud y con un espíritu de sacrificio encomiable. Jugará de '10', pero también de '8', de '6' y hasta partiendo del costado. Un todoterreno repleto de estética. 

¡Bienvenido y suerte, Enis!





Comentarios