El Levante se deja su espíritu en Valencia

Relajado, dormido y abstraído. Absolutamente anodino, lento y carente de ideas. El Levante dibujó su peor cara en el Alfonso Pérez, de donde salió justamente derrotado ante los centenares de aficionados que se desplazaron a Madrid con la intención de vivir y disfrutar de una tarde mágica. Del cielo al infierno, sí, pero sin dramatismo. El equipo sigue líder y el colchón con el tercer clasificado sigue siendo de 7 partidos. Keep calm.


-Iván López recupera la pelota (Lalu Rodríguez)-
El inicio del partido fue para olvidar. El Getafe, ultramotivado, se encontró en los primeros compases con ese gol psicológico que es capaz de condenar y escribir, sin piedad alguna, el destino de un encuentro. Jorge Molina trazó una fantástica parábola, digna de excelencia, para poner por delante a los suyos y hacer a los visitantes cargar con una temprana rémora.

Verza e Iván fueron las dos grandes novedades de la alineación de Muñiz, junto a la vuelta del sancionado Postigo. El lateral valenciano dejó patente alguna muestra de inactividad, mientras que el centrocampista alicantino no tuvo, ni de lejos, la mejor de sus jornadas. Morales siguió en su línea de desaparición y Roger fue el único capaz de, zarpazos mediante cuando el balón le llegaba en las mínimas condiciones, poner en apuros a Alberto García.

-Verza vs. Jorge Molina (Lalu Rodríguez)-
De hecho, el colegiado anuló un tanto del ariete valenciano en una acción controvertida, donde la mezcla de rechazos generó dudas entre el trencilla y su asistente. Nuevamente Roger, al filo del descanso, tuvo una clara ocasión que por milímetros no acarició las mallas azulonas. Sin embargo, fue Portillo quien aprovechó a las mil maravillas una falta de entendimiento entre los centrales para ampliar distancias antes del paso por vestuarios.

Muñiz dio entrada a Casadesús por Campaña con la idea de buscar una mejor asociación entre el centro del campo y la delantera y, de paso, mejorar en la faceta aérea. No obstante, poco o nada cambió un guion en el que Jorge Molina se vistió de auténtica estrella y que, de no ser por sus múltiples desaciertos en las acciones decisivas y las extraordinarias intervenciones de Raúl, hubiera colmado su cuenta goleadora.

El míster azulgrana emuló el cambio ante el Mirandés, dando entrada a Montañés por Iván y situando a Morales en el lateral diestro. Espinosa le acompañó también en el cuarto de hora final. La reacción esperada nunca llegaría y el Levante acabó encajando un merecido correctivo que esperan, de aquí a nueve días, se revierta en el duelo ante el Reus en el Ciutat de València.


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