Medjani señala el camino de la salvación

Es imposible ser del Levante y no sufrir. Que no, que te olvides. Si quieres estar relajado, en tu sofá o en la butaca de un estadio esperando ganar con facilidad partidos contra un equipo virtualmente salvado que se juega poco o nada, no seas del Levante. Si piensas que no eres capaz de levantarte tras una derrota como la del Villamarín, no seas del Levante. Y si piensas que las mil y una historias extradeportivas que algunos filtran de manera interesada nos van a separar y sepultar de manera definitiva, no seas del Levante. Los tres puntos de hoy, ganados a pulso no, lo siguiente, saben como un sorbo de ambrosía en medio de una agonía máxima que no da tregua en ni uno solo de los noventa minutos (y los cinco de regalo) decretados por Hernández Hernández.

-Foto: Jorge Ramírez / Levante UD-
No empezaron más lo levantinistas, lanzados al ataque desde el inicio. En apenas cinco minutos, el Levante dispuso hasta de dos claras ocasiones. Primero, un contragolpe de Deyverson mal finalizado y, posteriormente, un golpeo lejano de Morales que se marchó cerca de la escuadra de la portería defendida por Pau López.

Sin embargo, los albiazules no fallaron en la primera de las oportunidades de que dispusieron. Formidable asistencia de Víctor Sánchez y fenomenal resolución de Hernán Pérez que bañó con un verdadero jarro de agua fría a una enchufada afición azulgrana. Pocos creían que esta pesadilla pudiera repetirse, pero por fortuna el equipo no se vino abajo.

Una falta a favor desde el vértice del área se tradujo en un remate cerrado de Rossi que, sin llegar a peinar Medjani, no pudo desviar el meta Pau. Hasta el descanso y con el Espanyol algo descompuesto, las combinaciones de Rossi y los centros colgados desde la izquierda no tuvieron el efecto esperado.

La reanudación puso de manifiesto todo lo que había en juego. Un Levante muy tenso, ciertamente atenazado, se plantó sobre el césped con la mejor de las intenciones pero sin el acierto necesario. El Espanyol, por su parte, trató de aprovechar la calma con la que afronta este tramo final de curso jugase en su favor y gestionar duramente, mediante sus siempre letales contragolpes, la ansiedad de los locales.

-Foto: Jorge Ramírez / Levante UD-
Rubi no se lo pensó más y quemó la primera de sus naves dando entrada a Cuero en detrimento de Pedro López. Verdú pasó al centro del campo y Lerma ejerció de lateral derecho durante la media hora final del choque. Y el colombiano se convirtió en la bomba y la dinamita que tanto esperaba Orriols desde su llegada. Provocó una nueva falta, la colgó Verdú y Medjani cabeceó para desatar el delirio entre los casi diecisiete mil aficionados presentes en el Ciutat.

Desde ese instante hasta el pitido final, los momentos de tensión fueron inevitables. Acciones rápidas del Espanyol, al que tampoco se le vio sofocado y que mejoró con Gerard y Burgui en el rectángulo de juego, y contras vilipendiosas de un Levante comandado por un Mauricio Cuero que se enfundó los galones de líder absoluto del perfil ofensivo. Con algún amago de arritmia y la pastilla preparada tras el pitido final, los valencianos suman tres puntos vitales y necesarios para seguir soñando una semana más con la permanencia y para afrontar con esperanza y máxima ilusión el partidazo en Granada del próximo jueves.


Ficha técnica: 
Levante UD: Mariño, Pedro López (Mauricio Cuero, m.60), David Navarro, Medjani, Juanfran; Jefferson Lerma, Verza, Verdú, Morales (Camarasa, m.90); Rossi (Simao, m.73) y Deyverson.

RCD Espanyol: Pau López, Javi López, Óscar Duarte, Álvaro, Rubén Duarte; Abraham (Enzo Roco, m.83), Diop, Víctor Sánchez; Hernán Pérez, Asensio (Burgui, m.70), y Caicedo (Gerard Moreno, m.70).

Goles: 0-1, m.7: Hernán Pérez. 1-1, m.23: Rossi. 2-1, m.66: Medjani.

Árbitro: Hernández Hernández. Amonestó a los locales Deyverson, Mauricio Cuero, Verza, Juanfran y Jefferson Lerma.

Incidencias: Partido correspondiente a la jornada 33 de la Liga 2015/16 disputado en el estadio Ciutat de Valncia ante 16.192 espectadores.

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