La verdad sobre Ipurúa

-Fotografía: Ipurúa/ Deia-
Cada uno de los aficionados de su equipo, habitualmente, visualiza el calendario a principio de curso y va marcando en rojo algunas fechas que son más representativas y que, normalmente, se asocian a las visitas y salidas de su escuadra a los grandes transatlánticos de la competición. Real Madrid, Barcelona, Atlético o los derbis ante el Valencia son las fechas, normalmente, más significativas de partida para la hinchada levantinista en la previa de la temporada.

Sin embargo, muy pocos podrían imaginar el carácter trascendental y vital que puede adquirir para el futuro del Levante la visita a tierras eibarresas del próximo sábado. El pobre inicio liguero del conjunto de Mendilibar tendrá su prueba de fuego en apenas tres días ante un equipo que, sin duda, ha sorprendido a conocidos y extraños con su madurez y aplomo en una categoría hasta ahora desconocida e inédita para ellos en toda su historia.

Los pupilos de Garitano aprietan como pocos, exprimen al máximo sus virtudes y minimizan sus defectos buscando la máxima simplicidad y efectividad en su estilo y esquema de juego. El balón largo, las caídas a banda y la rentabilidad de las acciones a balón parado le convierten en un rival muy peligroso y a tener francamente en cuenta.

Además, gozan de otro factor a favor: Ipurúa. El campo en el que disputan sus partidos como locales los vascos, a simple vista, es uno de los más pequeños de nuestro país pese a su reciente remodelación. Con las pocas gradas de que dispone bien pegadas al césped, sintiendo en todo momento el aliento de la afición, y con un aroma natural y tan reconocible en los estadios del norte de España, Ipurúa adquiere un aire de fortín que, hasta hoy día, únicamente el Deportivo (y con cierta dosis de fortuna) ha sido capaz de derribar. Equipos como la Real Sociedad o el Villarreal, de clara vocación y apuesta por el buen fútbol y que terminaron la pasada campaña en puestos europeos, no han podido sumar los tres puntos en su paso por Éibar.

Ipurúa... no es el estadio más pequeño de la categoría

-Fotografía: Medidas recomendadas FIFA/ Futbolia-
Su escasa capacidad y su aspecto cerrado hacen pensar que Ipurúa es el campo más pequeño, en cuanto a dimensiones se refiere, de la Liga BBVA. Si bien es cierto que sí es de los campos más escuetos en superficie, el Estadio de Vallecas le supera en el ranking de los más cortos en longitud de portería a portería y le iguala en el ancho. 

Ipurúa tiene unas dimensiones de 103x65 metros (largo y ancho), mientras que la mayoría de estadios de Primera constan de 105 metros de largo y 68 de ancho. Vallecas cuenta con unos parámetros de 100x65, mientras que, por ejemplo, el Ciutat de València se caracteriza por ser uno de los campos más largos de la categoría con 107 metros y reduce en uno, hasta 67, el ancho estándar.

La FIFA establece esos 105x68 metros como las dimensiones recomendadas e idóneas, si bien deja abierto un margen que oscila entre 100 y 110 metros de longitud y entre 64 y 75 metros de amplitud. Cada equipo ajusta estos parámetros en función de su estilo y del deseo de cada entrenador por practicar un tipo de fútbol u otro, exprimiendo así al máximo las virtudes de los jugadores de que dispone. El Levante tendrá que ser más Levante que nunca para poder sacar algo positivo del verdadero infierno de Ipurúa, y Mendilibar seguro que lo sabe muy bien.


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