Un paso a la esperanza

A simple vista, una derrota por cinco goles de diferencia podría significar un trabajo mal hecho y muestra de gran inferioridad. Tras la resolución del partido entre Levante y Barça, analizando en profundidad, sí hay aspectos que llamen al optimismo y esperanza.

Foto: Superdeporte
Lejos de la realidad, la "rana de la fortuna" que lucio el equipo levantinista en sus camisetas no hizo honor a su significado. Dicha suerte no fue aliada, ya que cuando el rendimiento era el más idóneo y ponía en complicaciones a la escuadra catalana, llegó el gol de Neymar. El Levante no perdió la cara al partido, aunque un poco más tarde el árbitro González González quiso cubrirse de gloria y tirar al traste dicha labor de los granotas condenando el desenlace del partido con la expulsión de Vyntra que provocaría no poder hacer frente al poderoso rival que había enfrente.

En esta primera particular parte de algo más de media hora, el Levante fue competitivo y dio muestras del potencial que puede aportar, reflejando la mejor versión de las primeras cuatro jornadas de Liga. Mendilibar hizo acertada lectura previa del partido, jugó sus cartas y apostó por nuevas variantes. Tácticamente, la defensa formada por los únicos cuatro componentes defensivos disponibles supo parar los pies a los Pedro, Neymar y Messi en sus aproximaciones, además de acertadas intervenciones de Jesús, a pesar del posterior error en el quinto tanto. El trivote de centrocampistas con el retorno de Diop tras confirmarse su continuidad una temporada más jugó otra baza importante con el notable momento de forma individual que atraviesan Simao y Camarasa. Dicha línea de juego, además y junto a los cuatro hombres de atrás, se mostró más unida y enlazada, sin tantos espacios.

Y es que una de las claves de las últimas temporadas como es el repliegue y consistencia defensiva y las rápidas salidas al contragolpe dieron sus frutos. Sin embargo, una vez más, hay que sumar otros noventa minutos a la problemática del Levante con su imprecisión y desacierto con el gol. Morales, tanto por banda izquierda como por derecha, fue el más activo, realizando un gran desgaste físico que puso en serios apuros especialmente a Dani Alves y Mascherano. Por su parte, Barral en su regreso al once mostró una mejor versión con una actitud guerrera, pero sin estar en el estado que tantas alegrías otorgó a los aficionados durante el año pasado. Casadesús, más ausente, no terminó de mostrarse cómodo al tener que desenvolverse y caer a banda en constantes ocasiones.

Foto: Las Provincias
El jugador número doce, es decir, la afición se sumó a la causa y dio otro paso al frente. Más de 22.000 almas aguantaron el chaparrón de agua y goles encajados y no dejaron de alentar a los suyos en ningún momento, a las duras y a las maduras. Conscientes de que la temporada no será fácil sino la más complicada tal vez desde el regreso a la primera división, y aún con las grandes dudas de muchos en la figura de Mendilibar, se remó conjuntamente y se alumbró la realista situación que vive ahora el Levante.

Por ello, el miércoles está fijada la fecha del primer examen global. Superados ya tres enfrentamientos contra equipos que disputan competición europea, una victoria haría salir muy probablemente de los puestos de descensos que se ocupa actualmente. La antítesis del fútbol de Mendilibar, en la vuelta al pasado en el reencuentro con un Caparrós que ahora dirige al Granada tras abandonar la nave levantino con polémicas y generando descontento de muchos, pondrá a prueba el verdadero nivel del Levante. Nada está dicho, esto acaba de comenzar, y que mejor que seguir demostrando dichas buenas sensaciones en el estadio de Los Cármenes.

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