El Levante UD B ha vencido en la matinal de hoy domingo al Sant Andreu por la mínima, gracias a un solitario tanto de José Marco Higón a falta de poco menos de un cuarto de hora para la conclusión del partido. El cuadro catalán, inmerso ahora ya de pleno en la lucha por evitar los puestos de descenso y con nuevo entrenador tras la destitución de Patxi Salinas, se antojaba como un hueso duro de roer ante la imperiosa necesidad de los azulgrana de sumar de tres en tres después de unas semanas funestas que habían vuelto a condenar al equipo a ocupar las últimas posiciones de la clasificación.
-Fotografía: encuentro de la primera vuelta/Levante UD- |
El choque comenzó igualado, con los nervios propios de dos equipos que eran más que conscientes de la importancia y del valor de un triunfo y el peligro y la condena que supondría para ambos una derrota. Con Camarasa ocupando un puesto en la medular y Altares y Polaco, refuerzos invernales, participando desde el inicio, el filial levantinista fue creciendo con el paso de los minutos y adueñándose poco a poco del esférico y del control de un partido extremadamente competido en todo momento.
A falta de cinco minutos para el paso por vestuarios, el colegiado Rezola Etxeberría señaló una pena máxima a favor de los nuestros que, desafortunadamente, Andy marró. El guardameta local adivinó las intenciones del madrileño y desvió un lanzamiento que podía haber supuesto el cero a uno y un duro mazazo para el Sant Andreu.
La segunda mitad no ofreció cambios drásticos en cuanto al planteamiento inicial y al desarrollo íntegro de los primeros cuarenta y cinco minutos. Con un dominio ligero por parte del Levante, los catalanes subieron un punto su intensidad y cercaron por momentos los dominios de un muy seguro Leandro. Las entradas de Higón en el descanso y, posteriormente, de Galán y Traver, sirvieron como acicate para dinamitar una parcela ofensiva algo roma y pausada.
Así, en el minuto 77, llegaría la recompensa al trabajo, al esfuerzo y a la persistencia. Higón se encargó de materializar el sacrificio, de hacer plausible y real una enorme labor de equipo. La expulsión de Xavi Jiménez en los locales en las postrimerías del choque fue la última nota destacada de una victoria de oro que permite respirar y soñar con una salvación que, ni mucho menos, está lejos de nuestro alcance.
Fuente: Twitter del Levante B
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