O falla el barco... o sobra el capitán

El Celta de Vigo será el próximo rival del Levante UD. Con una sola victoria en el balance histórico de visitas a Balaídos, los chicos de Joaquín Caparrós buscarán exprimir al máximo las carencias exhibidas por los gallegos en este primer tramo de competición y minar lo suficiente el excelente potencial con que cuentan de medio campo hacia adelante. Además, parece que la filosofía instaurada por Luis Enrique, extravagante como pocos, empieza a chocar ligeramente con los intereses comunes de plantel.
Cuestionando barco... ¿o capitán?

Dos empates como local, dejando una buena imagen en general, y un triunfo en Sevilla ante el Betis posicionaron al Celta como una de las notas positivas del estreno liguero. Sin embargo, a partir de entonces, cuatro derrotas y un único empate, como local ante el Villarreal, en un encuentro en el que los castellonenses merecieron endosar un severo correctivo a su  rival. Rotaciones un tanto extrañas, apuestas muy personales y una filosofía y ética de trabajo que choca en la entidad, más si cabe después del fructífero periplo bajo las órdenes tanto de Paco Herrera como de Abel Resino, han sido la carta de presentación del cuestionado Luis Enrique. Tampoco se le perdona su affaire con el Barcelona tras la recaída de Tito Vilanova.

Plantilla corta y con carencias

Sin embargo, no todas las críticas pueden focalizarse en un mismo sentido. Pese a lo extraño que pueda suponer que un preparador minusvalore públicamente el trabajo táctico de su plantilla, también es cierto que el barco que comanda el míster asturiano no es el más preparado. Existen muchas demarcaciones donde no hay dos jugadores de garantías, e incluso en alguna se cuenta con hombres de poco protagonismo en el pasado y forzados a cumplir al nivel de exigencia esperado.

Un once... ¿definido?
Después de la absurda idea de rotar al equipo por completo y naufragar en Getafe, Luis Enrique apostará por su once de gala para los próximos enfrentamientos. De todos ellos, únicamente cuatro contaban con la confianza de los anteriores preparadores vigueses: Hugo Mallo, Oubiña, Álex López y Augusto. Incorporaciones, vueltas tras cesión y cantera copan las siete novedades de la nueva temporada celtiña.

Debilidad defensiva

El Celta muestra una carencia de trabajo táctico que le propicia encajar numerosos goles a balón parado. Los rivales aprovechan despiadadamente el potencial aéreo para atormentar a la zaga celeste. El sorpresivo descarte de Túñez y la ausencia de Gustavo Cabral contribuyen todavía más si cabe a debilitar el entramado defensivo. Mucha juventud y poca experiencia en una línea clave y que puede marcar la diferencia entre la gloria y el abismo.

Una sala de máquinas de muchos quilates

El centro del campo vigués es una auténtica delicia. Un todoterreno como Álex López, la majestuosidad de Borja Oubiña y la magia del joven Rafinha, cedido por el Barcelona, se aúnan en una interesante mezcla que destila fútbol de máximo nivel por los cuatro costados. Madinda, contundente en el plano físico y defensivo, y Krohn Delhi en la parcela creativa completan un centro del campo top

Letales en los metros finales

Nolito, Charles y Augusto comandan el arsenal ofensivo de este Celta de Vigo. El ariete brasileño, llamado a ser el protagonista máximo en el plano goleador, necesita todavía dar con la tecla y encandenar una serie regular de partidos y de buenos registros cara a puerta. Nolito y Augusto todavía no están al nivel que de ellos se espera. Por detrás, pisa fuerte el joven baluarte de la cantera: Santi Mina. El prometedor delantero ya ha conseguido anotar un gol esta temporada, pese a contar con una única participación como titular y haber salido cuatro veces desde el banquillo. Mucho ojo con él.


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