El analista: el nuevo Barça del Tata Martino

El azar ha deparado que el primer envite liguero del Levante UD sea nada más y nada menos que frente al FC Barcelona en el Nou Camp. Desde Mundo Levante UD, introducimos una nueva sección, El analista, en la que ofreceremos a nuestros aficionados y seguidores algunos de los secretos y de las claves de todos y cada uno de nuestros rivales.

Parece obvio y redundante, quizá, esgrimir estos argumentos para hablar del actual campeón de Liga. No obstante, el equipo azulgrana ha expermientado una leve trasnformación tras el forzoso abandono de Tito Vilanova como entrenador de la primera plantilla. La llegada de Gerardo Martino al banquillo culé ya ha permitido observar algunos cambios y algunas modificaciones respecto a la idea de juego, especialmente sin balón, que proponía su antecesor.

Presión más intensa sin el balón.

Una de las principales premisas del argentino radica en la presión que sus jugadores ejercer sobre el rival en posiciones adelantadas. Con Pep, esta circunstancia ya era algo habitual. El equipo robaba el balón rápidamente en campo rival, evitando que el enemigo tuviera el tiempo suficiente para pensar en formas de desarbolar el entramado defensivo azulgrana. Tito adelantó la línea defensiva pero disminuyó el nivel de presión, evitando cierto desgaste pero produciendo algunos desajustes que propiciaron un notable incremento en la faceta goleadora de sus rivales.

La posesión sigue siendo un aval necesario.

Es algo innegociable e indiscutible en la filosofía azulgrana: debe correr el balón y no los jugadores. El control del esférico es una condición indiscutible en el estilo de juego del Barcelona, con Busquets iniciando desde muy atrás y Xavi, Fàbregas e Iniesta inventando en la parcela medular. No es algo que haya caracterizado durante su extensa carrera al míster argentino, pero que sí puso en práctica durante su última estancia en Newell's, donde literalmente enamoró a la hinchada rojinegra con su fútbol.

Hay que rematar más a puerta.

Si de algo ha pecado el Barcelona en este último año es, sin duda, de querer madurar cada una de las jugadas y acciones en exceso. Quizá es fruto inherente de su aplastante superioridad con el balón en los pies (todos los que de pequeños hemos jugado con alguien bueno en el patio del colegio, veíamos cómo éste quería meterse en la portería con el balón andando), pero es algo que Gerardo quiere erradicar cuanto antes. Mucha más verticalidad y muchos disparos que permitan también finalizar la jugada y evitar contragolpes peligrosos.

Una zaga mermada.

Los problemas físicos de Puyol, el bajo nivel de Gerard Piqué y Mascherano durante el último tramo de campaña y la falta de confianza en Marc Bartra han suscitado el interés del club culé en algunos de los centrales de más renombre del fútbol mundial para paliar sus carencias en el centro de la retaguardia. No obstante, ante la dificultad que esto entraña, es probable que esperen al menos seis meses (a ver cómo evoluciona el capitán) para acometer una nueva incorporación.

Los laterales y los extremos, protagonistas.

Otra de las señas de identidad que ha dejado durante la pretemporada el FC Barcelona ha sido el deseo de su entrenador de no acumular todo el fútbol por dentro. Los laterales recuperarán gran parte del protagonismo que merecen en el esquema y los extremos deberán incrementar su rendimiento y su nivel respecto al pasado curso para, una vez más, ofrecer una serie de alternativas que no conviertan a la escuadra en algo tan previsible. Alba y Alves se subirán a la moto para recorrer de un lado a otro sus respectivas bandas, mientras que Pedro, Alexis (excelente la pretemporada del chileno), Tello (quien ayer debutó con la absoluta) y Neymar deberán pelear duramente por acompañar a Messi en el once.

Neymar y su adaptación.

Para algunos, parece que la adaptación del carioca al fútbol europeo está siendo algo más complicada de lo esperado. Su operación de amígdalas y los leves problemas de anemia han servido de cebo para que la prensa sensacionalista se lance a por él de manera desmedida. Sin embargo, tanto sus compañeros como el propio jugador afirman estar más que satisfechos y felices con sus primeras semanas de entrenamientos tras la Copa Confederaciones. Nadie duda de que el flanco izquierdo del ataque barcelonista llevará escrito su nombre.

Messi, el epicentro.

Hay cosas que no cambian ni cambiarán. El rosarino será nuevamente el epicentro del fútbol del Barcelona, actuando como falso delantero y dibujando por cada rincón del campo trazos de magia y de ilusión. Se asocia con todos y su dupla con Neymar apunta a cotas inimaginables. 




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