La unión devuelve las aguas a su cauce

El partido del viernes no fue uno más. Podríamos decir que fue muy positivo por diferentes aspectos. No únicamente en el tema deportivo, consiguiéndose matemáticamente la permanencia. También hubo otros motivos en donde se veía involucrada la afición, que no defraudó.

A pesar del delicado horario del encuentro (viernes, 21h), el ambiente en las gradas no fue nada malo y presentó un buen aspecto. Antes del comienzo con un tifo y durante el partido agitando al viento las bufandas. Un tifo que rezaba un lema "reciclado": la unión es la salvación. Pero un lema que en su día sirvió de ayuda para salvar la categoría y que ahora busca rehacerse de esta difícil etapa que traviesa el club.

La unión es la salvación (@Agencia EFE)
Durante los noventa minutos de partido y tal y comentaron luego algunos jugadores, volvió a sentirse ese lazo entre afición y equipo. Cuando las fuerzas de uno eran menores, allí estaban los otros para darle ese empujón. Los "Levante, Levante" de la afición sirvieron para que el equipo no se viniera abajo nunca y siguiera luchando con todo. Así, al final del partido, mutuamente futbolistas y levantinistas se ovacionaban. La única nota en desacorde que sobró dicha noche fueron los gritos de "A segunda" en contra del Real Zaragoza; mas viniendo de una afición humilde y respetuosa como la nuestra. Quizás la tensión y nervios vividos durante el viernes y el partido de la primera vuelta de ida desató esta actuación.

No fueron muchos los zaragocistas desplazados, pero sí se dejaron ver por las gradas del Ciutat de València. En todo momento, la afición visitante mostró educación y se dedicó a animar a su equipo. A diferencia de hace unos meses, no hubo incidentes ni se cantó en contra de ningún jugador del Levante.

Un servidor vivió una extraña y novedosa experiencia: ver el partido desde zona visitante. En compañía de algunos buenos amig@s, me sitúe en dicha zona. En todo momento respaldé cual era mi postura y a que equipo defendía, es decir, a favor de mi Levante. Ninguno de los allí presentes pusieron ninguna queja y fuí mejor acogido de lo que me esperaba. Son las cosas bonitas del fútbol.

Por todo ello, por la unión del equipo y afición granota y el buen comportamiento del público (tanto de unos como otros) parece ser que -después de un tiempo- las aguas vuelven a su cauce por Orriols. Esperemos que por mucho tiempo.

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