Los nuevos refuerzos del Levante UD para el
próximo curso están generando un pequeño cisma moral en el seno de la afición y
de los analistas deportivos. Éstos últimos se muestran francamente
entusiasmados con la forma de enfocar las llegadas y la explotación del mercado
internacional. No obstante, la hinchada azulgrana no está del todo convencida
de que la manera de proceder sea la más acertada, sabiendo perfectamente que el
vestuario levantino es uno de los bastiones sobre los que se sostienen las
esperanzas del próximo proyecto, y cuya europeización no parece la mejor forma
de fortalecer el núcleo de unión y la integración de cada uno de los miembros
de la plantilla.
Sin embargo, algo que nadie puede poner en
tela de juicio es que los últimos jugadores que han aterrizado en el Ciutat de
València de la mano de Manolo Salvador atesoran experiencia y recorrido en otros
campeonatos de máxima exigencia, ofreciendo además unas garantías óptimas a
nivel deportivo, siempre sin desembolso alguno para la entidad. Entre esos parámetros
queda enmarcado el nombre de Dariusz Dudka, quien cerrará el cupo de incorporaciones,
a priori, de la parcela medular del equipo de Juan Ignacio Martínez.
Dariusz nació en Kostrzyn nad Odra (Polonia) el 9 de diciembre de 1983, y al igual
que algunos de sus nuevos compañeros, puede presumir de una trayectoria
deportiva dilatada y prematura. Formado en las categorías inferiores del
Celuloza Kostrzyn, con apenas dieciséis años fichó por el Amica Wronki,
permaneciendo en su disciplina durante más de cinco campañas. Ese período de
tiempo sirvió para despertar la madurez deportiva y personal del polaco, quien
se vio envuelto en un delicado entramado cívico que se saldó con el
fallecimiento de un conciudadano a causa de un atropello.
En julio de 2005, y por un montante
aproximado de medio millón de euros, Dudka firmó un contrato con uno de los
dominadores del fútbol nacional de su país, el Wisla de Cracovia. Su bagaje
durante las tres temporadas que permaneció en la entidad cracoviana aglutina un
total de setenta y nueve encuentros en los que anotó cinco tantos, los primeros
de sus años como profesional. Consagrado como un stopper de jerarquía a nivel internacional, con una participación
inclusive en la Copa del Mundo de 2006
con su selección, el Auxerre decidió abonar más de dos millones y medio de
euros para hacerse con sus servicios en el verano de 2008.
Durante sus cuatro campañas en tierras galas
ha sido un fijo en los esquemas del cuadro borgoñés, disputando incluso la Fase
de Grupos de la UEFA Champions League
en 2010, además de establecerse de manera definitiva como uno de los pilares
del combinado nacional polaco. El sorpresivo descenso del Auxerre a la Ligue 2 le ha abierto las puertas del
mercado internacional en busca de una nueva oportunidad para demostrar su
valía. Tras rechazar suculentas ofertas del mercado ruso, ha decidido recalar
en el Levante UD, priorizando los valores deportivos y humanos por encima de
mareantes montantes económicos.
Dudka integrará junto a Iborra, Pallardó y
Diop la sala de operaciones sobre la que se gestará el entramado de juego
azulgrana. Sin embargo, y a título personal, si la apuesta de Dariusz se enfoca
a su rendimiento y desempeño como mediocentro, surgen algunas dudas en la
planficación de la entidad o en el deseo de los técnicos en dicha parcela del
verde. Con su llegada, el equipo contará con tres centrocampistas de corte
marcadamente defensivo, y con un cuarto, Pape Diop, que pese a estar más
capacitado para la circulación fluida del esférico, tampoco puede enmarcarse en
el perfil de mediocentro creativo. Está claro que el Levante nunca ha adolecido
la ausencia de un jugador meramente técnico en la medular (tal y como ocurría
con la pareja Iborra/Xavi Torres), pero sí que ha sufrido de manera notable
cuando no ha existido un recambio de garantías que haya obligado a contar con
dos stoppers puros sobre el césped
(caso de Iborra y Pallardó), algo que se agradeció sobremanera durante el
pasado curso con la presencia constante de Francisco Javier Farinós.
No obstante, el polaco viene con el deseo y
el objetivo de hacerse un hueco en el
once inicial, y una de las bazas que jugará a su favor es su polivalencia, muy
del agrado del técnico, quien le ve como un complemento ideal también en una
posición nada desconocida para él, el centro de la zaga, en la que con
frecuencia ha actuado tanto en el combinado nacional como en el Auxerre. Incisivo,
peleón, astuto, excelente en el juego aéreo y con un tremendo carácter, Dudka
llega a Valencia para recuperar esos valores, para reflotar esas virtudes que
hicieron creer a muchos en su día que estaban ante un jugador distinto, un
jugador diferente. Un Ciutat de València recientemente engalanado te espera con
ilusión, alegría y entusiasmo.
Dariusz, es tu momento.
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