Llega el momento de conocer un poco mejor al que será nuestro rival en la Fase Previa de la próxima edición de la Europa League, el Motherwell escocés. Para ello, contaremos con el genial análisis de Toni Ponce, estudiante de periodismo, estupendo articulista y un sublime conocedor del campeonato británico. Para conocer un poco más de Toni, os recomendamos que sigáis su perfil en Twitter ( @ToniPoncePress ) y reviséis sus aportaciones en la siguiente página web dedicada al Celtic de Glasgow: www.notcelticclass.com .
Cuando el Levante visite Escocia la
próxima semana en su primera andadura por territorio europeo empezará una
aventura que, como mínimo, debe llevar a los granotas hasta la fase de grupos
de la Europa League. Es lo que querría cualquier aficionado y es lo que muchos
pensaron cuando el sorteo cruzó los destinos del club granota con los del
Motherwell escocés. Sencillo, a priori. Sin embargo, cuando juegas competición europea
cualquier equipo puede ser peligroso y el conjunto entrenado por Stuart McCall
no es una excepción.
El Motherwell viene de caer sin
apenas mostrar oposición ante un experimentado Panathinaikos en la tercera ronda previa de la Champions
League, pero el resultado de 5-0 en el global de la eliminatoria es hasta
cierto punto engañoso, porque en Fir Park tuvieron contra las cuerdas al equipo
de Jesualdo Ferreira durante más de media hora. Sin embargo, la clave de esas
derrotas ante los griegos radicó en la concesión de demasiadas facilidades a balón
parado, pues los primeros tantos encajados por los escoceses en ambos partidos
llegaron tras conceder faltas evitables, pero difíciles de medir para un
conjunto compuesto por jugadores británicos acostumbrados a un juego mucho más
permisivo. A partir de ahí, si las cosas no salen bien desde un principio,
todos los equipos escoceses suelen resquebrajarse y conceder espacios en
defensa, sobre todo los inexpertos.
No son los Steelmen un conjunto escocés de primerísimo nivel, a pesar de que
consiguieron una meritoria tercera plaza el año pasado. Por delante suya, a
nivel de potencial, tiene a equipos más consolidados en territorio doméstico como
Hearts o Dundee United. Sin embargo, son unos de los motivos a los que se
agarra un fútbol necesitado de alguna actuación europea decente. El Motherwell
es un club de comunidad, en el se vaticinan problemas económicos tras la
decisión de enviar al Rangers a la Third Division escocesa. Según la directiva,
esta situación podría condenar al equipo a la administración en los próximos
meses. La recesión golpea especialmente a la SPL por la cercanía de un fútbol
inglés que despilfarra cantidades de dinero desorbitadas y en los dos últimos
años ni el Motherwell, ni cualquier otro equipo a excepción de Celtic o Rangers
ha pagado una sola libra por algún jugador. Todos llegan gratis.
Esta temporada, el Well ha
firmado a un futbolista al mismo tiempo que ha visto como se marchaban nueve,
aunque prácticamente nadie con gran ascendencia sobre la escuadra dirigida por
Stuart McCall, por lo que se podría decir que mantienen el bloque de anteriores
campañas, sobre todo en la vertiente ofensiva. La única incorporación ha sido
la del defensa central Simon Ramsden, procedente del Bradford, aunque se
especula con la llegada de otros jugadores en los próximos días. Y es que el
equipo de Lanarkshire está notando en exceso la fatiga de los partidos europeos
con una plantilla corta y sin relevos de calidad: tras los dos primeros partidos
en liga solo han conseguidos dos puntos ante rivales pequeños.
No hay una estrella al uso en el
conjunto de McCall, si bien el extremo Chris Humphrey debería ser el jugador
más peligroso por la velocidad que imprime al equipo en la banda derecha y por
las diagonales que crearán problemas a los centrales rivales si estos juegan
adelantados. Sin embargo, el internacional jamaicano se ha perdido los últimos
partidos por lesión y no se sabe con exactitud en qué estado físico llegará al
duelo. En la banda contraria, Jamie Murphy aporta las pocas gotas de calidad
que tienen los escoceses y como delantero centro aparece Micheal Higdon, un tanque
inglés con bastante experiencia en la SPL que intenta ser el target del equipo, el hombre al que
colgar balones para conseguir avanzar metros. Este trío de jugadores componen
la base ofensiva de los de Lanarkshire, aunque poco a poco va surgiendo el
talento del delantero estonio de 21 años Henrik Ojamaa, que el año pasado
consiguió el premio al mejor joven de la liga escocesa en el mes de enero y que
disputará minutos de calidad contra el Levante.
El centro del campo es mucho más
trabajador, con dos jugadores fundamentales que aportan en facetas
completamente opuestas y un complemento que varía en función del partido. Por
una parte, tienen a un mediocentro más
creativo en la figura de Nicky Law, por el que pasa siempre el balón para
inventar juego y que puede llegar a dar el último pase porque, ante todo,
McCall exige a sus centrocampistas que lleguen a ambas áreas. El perfil opuesto
lo da un jugador especializado en destruir juego, Keith Lasley. Aquí llega uno
de los principales problemas que afecta al Motherwell este año. La marcha de
Steve Jennings ha influido en el perfil del tercer jugador: con Lasley, ambos centrocampistas
formaban una de las parejas más duras en todas las islas británicas y ahora el sitio
libre lo ocupan entre Omar Daley y el canterano Robert McHugh, jugadores de un
perfil bastante más ofensivo y que tienen que jugar ahí porque no hay más donde
rascar.
La defensa prácticamente no ha
variado en ninguno de los cuatro partidos oficiales: Hateley actúa de lateral
derecho, Hammell por el lado izquierdo y como centrales, Ramsden y Shaun
Hutchinson, un prometedor central inglés de apenas 21 años que ya ha pagado su
inexperiencia a nivel continental en el duelo ante el Panathinaikos. La
portería la ocupa un irregular Darren Randolph, portero irlandés que cumple su
tercera campaña con los Steelmen sin apenas competencia en el puesto.
Dependiendo del rival, el esquema
táctico elegido es un 4-4-2 o un 4-5-1 mucho más conservador, intentando poblar
el centro del campo para no permitir un juego fluido y con la posibilidad de
transformarlo en un 4-3-3 cuando se requiera más presencia ofensiva. Lo lógico
es que opten por el segundo sistema, mucho más adaptado a los jugadores que
dispone McCall, aunque el primero también se dejó ver en algún partido
importante el año pasado cuando Humphrey estuvo lesionado.
Hay dos factores que podrían
beneficiar claramente al Levante durante el desarrollo de la eliminatoria. El
primero es la incapacidad de los escoceses para soportar la presión de
conseguir resultados importantes ante rivales superiores. Como ya comentamos, el
año pasado consiguieron la tercera plaza, pero tiraron por la borda varias
oportunidades para romper el binomio Rangers/Celtic tanto a principios de
noviembre, cuando el equipo verdiblanco estaba al borde del precipicio, como cuando
al extinto Rangers le arrebataron 10
puntos en la tabla clasificatoria. Sólo un dato: en los dos últimos años jugó ocho
partidos contra el propio Rangers y únicamente fue capaz de sumar un punto con
3 goles a favor y ¡27 en contra!
La otra clave está bastante clara: el calor de Valencia en el mes de agosto convertirá el partido de vuelta en un infierno para unos jugadores acostumbrados a unas temperaturas mucho más suaves. En principio, el Levante debería traerse un resultado positivo de Fir Park, pero si se complica la vida podría utilizar ese escudo para destrozar a los escoceses a medida que el partido vaya avanzando en el Ciutat de València. La iniciativa en principio la tendrá que llevar el Levante, que deberá aprovechar las debilidades a balón parado del Motherwell si no quiere sufrir en Escocia más de lo previsto. Muy probablemente, Stuart McCall decida avanzar su línea defensiva para congestionar el juego en los primeros 90 minutos, mientras que en Valencia intentará salir a la contra a través de las bandas. El Levante es superior y debería solucionar la eliminatoria en casa, pero la inexperiencia europea puede jugarle una mala pasada si se relaja y piensa que tendrá dos partidos cómodos. Eso es complicado de ver en la Europa League.
Vistos un par de partidos de ellos también me ha llamado la atención lo importante de Law en el centro. Junto a ello, las salidas de Hutchinson con el balón desde el centro de la zaga buscando crear la superioridad en la creación.
ResponderEliminarPero vamos, es un equipo flojito por las bandas y con poca pegada.
Un saludo