Ángel Luis Rodríguez Díaz será el primer
refuerzo del Levante UD para la próxima temporada. El joven atacante canario
firmará un contrato por dos temporadas con la entidad levantina (con opción a
una tercera en función de objetivos), y tendrá de nuevo la oportunidad de
brillar y despuntar en una categoría que se le resistió hace apenas un par de
temporadas, cuando vestía la elástica tinerfeña. Desde Mundo Levante UD os analizamos detalladamente su trayectoria y las
cualidades que avalan su aterrizaje en el vestuario azulgrana.
Pese a su corta edad, el ariete de
veinticinco años cuenta con una dilatada trayectoria en las divisiones
inferiores del fútbol nacional, además de haber gozado de la ocasión de debutar
en la máxima categoría. Formado en las categorías inferiores del RCD Tenerife,
Ángel comenzó a dar muestras de su calidad con apenas dieciocho años,
destacando y mostrándose como pieza clave del cuadro filial chicharrero. Sus
sobresalientes actuaciones le valieron para que, en enero de 2006, el técnico
de la primera plantilla, David Amaral, le diera la alternativa y le permitiera
debutar con el cuadro senior.
En su primera temporada completa en el primer
equipo, la 2006/2007, Ángel logró siete tantos y se ganó el respeto y la
admiración de sus compañeros y de una afición que maravillaba con su talento. Un
buen hacer que no pasaría desapercibido para otros muchos clubes, que pusieron
los ojos y algo más sobre la perla canaria. La campaña siguiente alternó los
filiales de Real Madrid y Osasuna, para volver en 2008 con un mayor bagaje y
una formación superior.
José Luis Oltra era más que consciente de
ello, y aprovechó al máximo sus virtudes y su capacidad goleadora para devolver,
tras siete años de ausencia, al cuadro blanquiazul a la máxima categoría. La
experiencia fue fatídica, tanto a nivel personal como general de la entidad,
que confirmó su regreso al infierno de la categoría de plata, y que
posteriormente lo haría hacia la Segunda División B, de donde trata de salir
actualmente a toda costa, no sin polémica de por medio.
Ángel comprobó que era necesario un cambio de
aires, buscar asentarse en un nuevo proyecto que le permitiera, por fin,
despuntar y sacar de sí mismo todo el fútbol, que no es poco, que lleva dentro
de sí. Y ahí apareció el nombre del Elche CF, la que ha sido su casa hasta hace
apenas unas horas. Durante las dos últimas temporadas, los registros del isleño
han mejorado exponencialmente, y tras un curso sobresaliente en su primer año
en tierras ilicitanas, éste último ha sido el de su confirmación. Un global de
29 goles y un sinfín de actuaciones notables le han valido para dar el salto,
esta vez espera que de manera definitiva, a una categoría que le aguarda con
enorme expectación.
No han sido pocos los clubes que han seguido
sus pasos estos últimos meses, siendo además conscientes que su llegada se producía
como agente libre. La avidez de Manolo Salvador y su equipo de trabajo han
permitido que se convierta en realidad una operación, de partida, más que interesante
para la entidad valenciana.
Se especula mucho sobre qué será capaz de
aportar y la función que tendrá sobre el verde, que es lo que, al fin y al
cabo, de verdad interesa a los aficionados. Es un hombre que posee una enorme
agilidad y movilidad, muy incómodo en el marcaje fijo, y capaz de descomponer
las zagas más consolidadas con un abanico amplio y suculento de movimientos.
Puede jugar en punta, como referencia, o acompañar por detrás a un segundo
delantero de un corte diferente. Es muy trabajador, ofrece sacrificio
defensivo, y goza de un oportunismo de cara a puerta del que solamente unos pocos
afortunados pueden presumir. Busca los espacios con frecuencia, y suele
asociarse con facilidad con el resto de compañeros. Su debe, no obstante,
reside en el plano físico. Además, no está capacitado para el juego aéreo (que no para el remate de cabeza cara a portería) y no es un especialista en el golpeo a larga
distancia ni a balón parado. Ha llegado la hora de que el hombre que llegó
tarde a una concentración con el cuadro ilicitano por examinarse, sin permiso
del club, para la obtención del título de patrón de embarcaciones de recreo,
demuestre todo su talento y potencial en la categoría que merece, y ojalá
también en los campos más maravillosos del viejo continente.
¡Bienvenido, Ángel!
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