El último triunfo ante el Villarreal ha dejado buenas sensaciones y Alessio Lisci, cuya etapa al frente del Levante UD está siendo más que complicada, parece haber encontrado su sistema ideal, basado en la línea de cinco defensas. Con ella se ha reducido progresivamente la sangrante cantidad de llegadas rivales y se está sacando la mejor versión de los centrales, incluso aquellos que estaban lejos de su mejor nivel. Las cifras avalan el trabajo del técnico italiano.
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| - Alessio Lisci, en el banquillo durante el Levante-Villarreal (Aitor Alcalde / Getty Images) - |
Osasuna (0-0), Mallorca (2-0), Atlético de Madrid (0-1), Elche (3-0) y Villarreal (2-0). En los quince partidos que ha dirigido en liga Alessio suma cinco porterías imbatidas, las mismas que el Levante había logrado en las últimas 42 jornadas ligueras antes de su ascenso al primer equipo, entre febrero y noviembre de 2021. También son más que las cuatro firmadas en todo el pasado campeonato doméstico.
Ese 5 de 15 en porterías a cero significa que Alessio lo ha logrado en el 33'3% de los encuentros. Es, hasta el momento, el segundo mejor promedio de un entrenador granota en Primera División, tan solo superado por Joaquín Caparrós (42'1%) y las 16 que cosechó en las 38 jornadas de la temporada 13/14. Es un mérito que comparte con Juan Ramón López Caro y que le sitúa por delante de figuras relevantes como Juan Ignacio Martínez (28'9%) o Luis García (26'31%) entre muchos otros.
Dicha mejoría ha seguido una línea evolutiva desde el arranque del romano en Orriols hasta los resultados más recientes, prueba de la importancia que tiene darle forma y asentar una idea de juego. En los ocho primeros duelos de liga con Alessio, el Levante encajó 22 goles, una media de casi tres por partido (2'75). En los últimos siete, a partir de la victoria balsámica en el Wanda, ha recibido ocho goles, lo que baja considerablemente esa media a 1'14 por partido.
Pese a que las opciones de permanencia todavía son remotas, más si cabe teniendo en cuenta el calendario más inmediato, a la hora de recortar distancias está siendo clave la mejoría defensiva, conseguida a base de pizarra.
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