Lo mismo de siempre y el Real Betis

Cada partido del Levante UD se ha convertido en un capítulo repetido donde tan solo es necesario cambiar el nombre del rival. En una nueva humillación, el Real Betis se llevó sobradamente los tres puntos de Orriols.

- Severa derrota del Levante UD frente a un gran Real Betis (@José Jordán | Getty Images) -

Otra crónica negra. De deportivo cada vez tiene menos. Cada uno de los granotas que acudían esta tarde al templo levantinista lo hacían sabiendo que solo un milagro evitaría un disgusto más. Pese a que los verdiblancos no jugaron a máximo gas durante el encuentro, solo hubo un equipo sobre el césped.

A los trece minutos, se acabó lo que se daba. Y es que cuando todo sale mal, hasta hay jugadas que se convierten en desafortunadas. Un disparo lejano de Fekir, rebotado en Miramón, y termina dentro. A partir de ahí, a intentar dar buena imagen. Porque fue eso, un simple intento, donde apenas los hombres de arriba eran de lo poco salvable de un Levante sin alma ni carburación.

Como no, en los clásicos goles encajados mediante saque de esquina cada jornada, Edgar firmaría el segundo del Betis. Además, recibiendo completamente solo tras el rechace previamente estrellado contra el palo. Y nada más incorporarse Róber Pier por la lesión de Vezo, alfombra roja para que el portugués William Carvalho firmara el cero a tres y comenzara a explotar el ambiente de enfado y frustración local.

Los astros parecieron alinearse en un día así, ya que Dani Gómez conseguía un doblete con el Levante para su cuenta particular. El primero al filo del descanso culminando un pase desde la derecha; el segundo, nada más reanudarse el segundo periodo, al robar el tanto a De Frutos bajo la misma línea de gol. 

¡Pero ay, ilusos...! Si alguien creía que el Levante iba a salir a flote, hundimiento definitivo un minuto después, en el 48'. Golazo de falta directa de Fekir, para hacer inútil el vuelo de Dani Cárdenas, quien no tuvo su mejor regreso a la titularidad.

Los cuarenta minutos restantes fueron un puro trámite. El Betis gustándose, demostrando que con un poco más de voluntad la goleada hubiese sido mayor. Su fiel afición cantando feliz bajo la lluvia, viviendo un momento difícil de mejorar. Y el Levante y su gente aguantando el chaparrón, viendo para más inri como Soldado volvía a sufrir otra expulsión al poco de entrar al match. Lo mismo de siempre y una jornada menos para la confirmación del descenso.


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