Pese a la abismal diferencia de nivel respecto al rival y todo el trabajo que todavía queda por delante para revertir la crisis deportiva, la fiesta goleadora que vivió este jueves el Levante UD ha permitido liberar algo de toda la tensión acumulada. Hacía 42 años que el cuadro de Orriols no marcaba ocho goles en partido oficial, desde un partido de la temporada 1978/79 frente al Olímpic de Xàtiva, en 2ªB. El 0-8 al Huracán Melilla, para más inri, ya no es solo la mayor goleada a domicilio del club en Copa del Rey sino en toda su historia en el fútbol profesional.
En ella alzaron la voz varios futbolistas que desde hace tiempo necesitaban reencontrarse consigo mismos. El más destacado fue, sin duda, Álex Blesa. Nadie diría que disputó ayer su primer partido oficial del curso y su debut como titular en el primer equipo granota. Respondió con una actuación de 10, muy suelto y dejando varias muestras de una calidad y una visión de juego a tener en cuenta, por no hablar de que se llevó el balón a casa tras anotar un hat trick que despierta ilusiones en el levantinismo. El segundo de los goles, además, de bella factura.
De hecho, Blesa es, con 19 años y 321 días el futbolista más joven en marcar tres goles en un solo partido en toda la historia del Levante estando en Primera División (vía @LaLigaenDirecto). El mejor premio para una de las grandes joyas de la cantera, quien a pesar de contar con ficha del primer equipo desde esta temporada había gozado de nulo protagonismo hasta el momento e incluso había sido apartado de las últimas convocatorias por decisión técnica. Ahora, con Alessio Lisci en el banquillo, podría llegar su momento.
También estrenó su cuenta goleadora Roberto Soldado, con un doblete que pudo haber sido un póker de no haber errado otras dos acciones clamorosas. El fichaje bomba del último mercado de verano sumaba ya siete partidos de vacío con el Levante, y él es el primer consciente de que el equipo le necesita enchufado cuanto antes. En esa misma línea, Dani Gómez marcó dos tantos que le permitieron acabar con una sequía de 314 días sin marcar (desde el pasado 22 de enero) que le estaba mermando. Ambos se quitan una espinita.
Enric Franquesa fue otro de los que salen reforzados, pues no marcó pero sí dio las asistencias del segundo y el tercero. Prácticamente todo el peligro llegó por su banda, justo lo que se espera de él desde que fichó con el aval de mejor lateral de Segunda División en el pasado curso. Mención aparte para Álex Cantero, también asistente por partida doble aunque incomprensiblemente se marchó sin marcar su primer gol en la élite. Puede que sea el único que pese a su buen nivel se marche con la mosca detrás de la oreja, pero pronto le llegará. Fue un partido, en definitiva, para desquitarse y coger aire para lo que está por venir (que no es poco).
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