Cuestión de estar a la altura

 Más que un punto. A veces, un empate deja a sabor a victoria. Y aunque se lleve hasta un total de 19 partidos sin ganar, esta noche de jueves el Levante UD sacó un valioso y trabajado empate contra el Atlético de Madrid.

- Dos goles de Bardhi de penalti permiten sumar un empate al Levante (@Adolfo Benetó) -

"Nos faltan centímetros", decía Javi Pereira en la rueda de prensa previa. El juego de palabras puede traducirse con estar a la altura. Porque el Levante comenzó esta noche por debajo de lo esperado. Poco más de diez minutos, desatención de Son y un centro tras una acción a balón parado que se culminaba con gol de Griezmann.

Ni una seña hacía indicar durante el primer tiempo poder rascar algo positivo. El Atleti proponía poco; el Levante, menos todavía. Sin embargo, un derribo de Luis Suárez en área rival se traducía en penalti. El capitán Morales cedía la responsabilidad a Enis Bardhi. Y esa sería la mejor decisión en mucho tiempo. El macedonio batía a Oblak.

Con un cuchillo entre los dientes volvieron los azulgrana tras el descanso. Un insaciable Malsa en modo recuperador y equilibrando líneas y la carga de responsabilidad de Bardhi y Pepelu animaba a todos. Quedaba demostrado que era cuestión de estar a la altura. Solo se resistía el gol.

En las malas, todo se tuerce para el equipo que está en peor dinámica. Fue por ello que, nada más sentarse Malsa con calambres en las piernas, Matheus Cunha se estrenaba como goleador en España. Pablo Martínez y Óscar Duarte abrían las puertas y la tormenta volvía a aparecer por Orriols.

Entró De Frutos. La última carta estuvo bien tirada. A falta de cuatro minutos, en la pugna por un balón, nuevo penalti. El segoviano no llegó al remate, pero el defensor había contactado con la mano de forma involuntaria. Suficiente para el árbitro González Fuertes. Nuevamente Bardhi marcaba el segundo gol de penalti. 

Con ocho minutos de descuento y el público enardecido, se terminaba aceptando un punto con tintes positivos. El lunes contra el Granada debe ser, por fin, el día de la victoria.