El fútbol oficialmente ha vuelto. Si alguien quería vivir fuertes emociones después de la pandemia COVID, aquí su primera dosis. En una noche digna para recordar, Levante UD y Real Madrid se dieron un festival de goles que concluyó con un empate a tres.
- Levante y Real Madrid empatan a tres goles en Valencia (@David González / La Liga.es) - |
Con Campaña en banda, con Melero sin cobertura y con De Frutos sin encontrar la sintonía, el Levante no se encontraba tampoco con la posesión del esférico. Apenas el "run-rún" generado cuando Morales la cogía hacía presagiar algo bueno, alternándose con el otro "run-rún" más negativo desde la grada por los riesgos del equipo al creerse más virtuoso de lo que uno es, al querer tocar desde propia portería.
Los futbolistas granotas llegarían abatidos al descanso. El plan fijado no funcionaba. El chip cambiaría a partir de entonces. Un mensaje, una bronca, algo fue. Posiblemente nunca lo sabremos. Porque cuando el marcador reflejaba el minuto 58, el Levante era un equipo totalmente distinto y había conseguido la remontada.
Primero con una fantástica conexión entre Melero y Roger Martí. El '9' sacó su fuerza en el área, virtuoso como pocos, y aunque Courtois quiso evitarlo, llorando llorando el balón terminó entrando para convertirse en la primera bala del 'Pistolero de Torrent' en la temporada 2021/22. Poco después, reapareció el artífice de las asistencias: De Frutos. Fantástico el extremo segoviano, colgando un centro hacia el segundo palo, Campaña gana la espalda a Lucas Vázquez y una volea de ensueño que se transforma en el dos a uno.
Ancelotti quitó del campo a Bale e Isco, dos de sus mejores hombres en la primera parte. Como remplazo entró Vinicus Junior, el nombre que cambiaría todo el porvenir. De sus botas nacería el empate a dos, tras un contragolpe y en carrera cuando el Levante se cegó de ambición. Róber Pier, la carta más inesperada que cualquiera hubiese imaginado, a balón parado hacía subir el tercero de los azulgranas, con una gran asistencia de Alaba, equivocándose de rival.
Sin embargo, aún quedaba el plato fuerte. Alejandro Cantero estuvo a escasos centímetros de dejar la victoria en casa, con el palo arrebatando el cuarto de los locales durante esta noche. Con el cansancio azotando, los cambios conservadores de Paco López y otra mala lectura del encuentro, el Real Madrid se las ingenió para hacer el definitivo tres a tres. Mejor dicho, Vinicius volvió a ingeniársela y dibujó una obra de arte, engañando a todo el mundo cuando se creía que centraría y terminó disparando hacia el palo largo.
Todavía en el minuto 87, jugándoselo el Levante al todo o nada, Aitor Fernández fue expulsado. Una mano en medio del campo era de acto obligatorio para impedir que saliera cruz en la moneda y que el botín de un punto se esfumara. Los cambios estaban agotados. Vezo se disfrazó de portero provisional y durante 10 minutos se situó bajo los palos de Gol Orriols. Recordando a otro exlevantinista como Farinós en el pasado cuando se enfundó los guantes, pero con el portugués sin tener que intervenir.
Se pudo resistir con el empate a tres goles y Levante y Real Madrid sellaron tablas. Un deporte de locos, tan bonito como imprevisible. Por eso enamora a las masas.
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