La renovación de Rochina, una patata caliente

Rubén Rochina no es un futbolista más. No es mejor ni peor, simplemente es diferente. Y la temporada que nos abarca se presenta muy importante. Su renovación va camino de convertirse en una auténtica patata caliente.

- Rochina celebra un gol (@Adolfo Benetó | Levante UD) -
Será en junio de 2021 cuando la vinculación de Rochina y el Levante UD llegue a su fin. Si todos quieren un final feliz, están obligados a entenderse. Y, desde luego, las primeras conversaciones que se han producido no han sido del todo optimistas. Porque si por un lado es verdad que ambas partes están predispuestas a que se produzca a la larga un estrechamiento de manos, las condiciones iniciales de los representantes del jugador valenciano están siendo ambiciosas.

Tal y como informaron semanas atrás los compañeros de Cadena COPE Valencia, los cuatro años reclamados por Rochina y una mejora económica quedan ahora mismo lejos de las pretensiones que están dispuestos a alcanzar desde el área deportiva del Levante UD. Pero como en todas las negociaciones, hay tiras y aflojas hasta poder alcanzar un acuerdo intermedio en futuros contactos. De lo contrario y por muy a gusto que esté el futbolista en su Valencia natal, a partir de enero podrá comenzar a negociar con otros clubes si no le satisface seguir siendo granota.

Lo cierto es que la renovación de Rochina no es una más y hay que estar muy pendientes de los análisis, tanto en clave de presente como de futuro. Desde su llegada a Orriols en el mercado invernal de 2018 procedente del Rubin Kazan ruso, sus aportaciones han sido determinantes. También con el sistema actual y sus variantes, Rochina es un peón muy apetecible para Paco López, que puede encajarlo a la perfección en numerosos puestos para explotar sus virtudes, en contraposición de casi nadie más que pueda aportarlo. Pero, por otra parte, los problemas físicos han estado muy presentes durante estos más de dos años, no gozando de una continuidad que le puede pasar todavía más factura ahora que está a punto de cumplir la treintena de años.

Pese a su más de medio centenar de participaciones en Liga de primera división con el Levante y sumando la friolera de 9 goles y 11 asisencias por su prodigioso manejo especialmente desde larga distancia, Rochina es un futbolista que sigue contando con fans y detractores casi a partes iguales. En contra de lo que inicialmente pudiera esperarse al ser de la terreta y objeto de deseo en temporadas más lejanas, no ha terminado de congeniar con la afición como sí lo hizo en el Granada CF (el cual también está muy pendiente de su situación). Todo sea dicho, el exceso de florituras futbolísticas en zonas peligrosas jugando en un equipo que debe apostar por lo práctico y algún gesto con la mano hacia la oreja tampoco le han beneficiado mucho.

Lo que sí está claro es que, pese a quien le pese, Rochina es ahora mismo un preciado y polivalente atacante del que el Levante tiene la fortuna de poder contar con él. Y viceversa. En el fútbol actual, y más en los tiempos que corren, hay que ser inteligentes y anticiparse a los chollos. Por ello, Quico Catalán y Manolo Salvador harían bien en tratar de convencer en cuanto antes al puertosaguntino para garantizarse un arma deportiva de confianza, con las condiciones adecuadas para todos. Porque como dice el refrán: "Más vale malo conocido que bueno por conocer". Y sin ser malo Rochina, ya existen numerosos precedentes en este club donde el futuro ha ido a peor o se ha dejado un vacío irreparable a corto plazo.


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