Los caminos paralelos de Óscar Duarte y Keylor Navas

Óscar Duarte y Keylor Navas. Dos futbolistas admirados. Dos jugadores con la nacionalidad costarricense. Y ellos son los dos ticos (uno que defendió y otro que defenderá) que, con su máximo compromiso y orgullosos de los colores y escudo del Levante, llevan caminos paralelos.

-Oscar Duarte y Keylor Navas (@Ezequiel Becerra /AFP)-
Con el esfuerzo y agradecimiento por bandera. Sin nadie haberles regalado nada. Criados sin lujos ni grandes detalles y apadrinando esa humildad que les ha llevado a ser lo que son ahora, estando agradecidos a Dios. Y es que entre los protagonistas de nuestra historia hay estrechos lazos de unión.

Con dos años de diferencia en su nacimiento en los que se aventajó Keylor y con la única diferencia de los orígenes nicaragüenses de Óscar, los símiles ya se remontan a sus inicios futbolísticos. Gracias a poder militar en las categorías inferiores de posiblemente el equipo más destacado de su país, el Deportivo Saprissa, experimentaron esa evolución que les llevaría a debutar y destacar con el primer plantel.

Precisamente, aunque la irrupción del portero fue más temprana, ambos coincidirían en el vestuario hace once años, cuando por fin Duarte se abrió paso y además de ejercitarse a las órdenes de los "veteranos" pudo también debutar con el Deportivo Saprissa y colaborando para hacerlo campeón. Mientras Keylor aguantó un año más en dicho club antes de su salto en busca del sueño europeo, Óscar hubo de seguir trabajando duro y acatar una cesión al Puntaneras FC para poder seguir su progresión. Al año siguiente, ya sin el arquero, Duarte empezó a dar muestra del valor de sus kilates.

Separados por miles de kilómetros, Keylor había volado para alcanzar su sueño de conseguir algún día el jugar en la mejor Liga del mundo. Y merced a sus vuelos bajo palos en el Carlos Belmonte de Albacete, lo iba a lograr cuando en verano de 2011 el Levante cimentado por Manolo Salvador le echaba el lazo. En Copa del Rey se obraría su debut, antesala a su notable participación europea en 2012/13 y su heroica siguiente temporada en el que -junto a su participación en el Mundial 2014- pasaría a ser una bonita realidad. Sin duda, el mejor portero del mundo.

Durante este proceso de tiempo, Óscar Duarte pasó a ser una de las referencias del Deportivo Saprissa. Además llegarían sus primeras citaciones con el combinado nacional absoluto, coincidiendo con nuestro otro protagonista. Y en julio de 2012, el sueño europeo también vendría para Duarte, aunque para este desde Brujas. Un primer paso donde, sabiendo de sus posibilidades, se esmeró y durante cuatro años disputó más de un centenar de encuentros, además del citado Mundial 2014 en Brasil coincidiendo con Keylor.

-Óscar Duarte firma por el Levante (@Adolfo Benetó / Levante UD)-
Nos encontramos ya en 2015. Los caminos de Keylor Navas y Óscar Duarte volverían a encontrarse, aunque en clubes diferentes. El primero ya vistiendo el blanco del Real Madrid y viviendo una de las etapas más gloriosas en que encadenaron tres coronas europeas; el segundo preparado para afrontar el reto que le planteaba el Espanyol. Y aunque los primeros seis meses en España fueron geniales para el defensor tico, lo cierto es que las lesiones y falta de continuidad le privaron de esa felicidad y mejor versión de su fútbol que se había forjado. 

Tras apenas una treintena de encuentros en los tres últimos años, el futuro de Óscar Duarte se planteaba ahora muy incierto. ¿Seguir en Europa pero no en España? ¿Regresar o no a su país? Pero el Levante llamó a su puerta. Una segunda oportunidad se le abría ante sus ojos. Así, tras contactar con su buen amigo Keylor, toda una leyenda para el levantinismo y escuchar que le dijo que "vendría a una buena ciudad, un excelente equipo y que eran como una familia", no lo dudó ni un momento.

Óscar Duarte era justo lo que buscaba y también necesitaba en estos momentos. Ahora tratará de seguir los pasos de su compatriota y ser el reflejo en el que mirarse. Porque Keylor lo consiguió y (¿por qué no?) él también puede dejar su huella en este Levante. Pura vida granota.

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