El Levante visita este domingo el Nuevo Estadio de Gran Canaria con la intención de revertir la tendencia negativa en cuanto a juego y resultados que ha llevado a los de Muñiz a encadenar dos meses de manera consecutiva sin conocer la victoria. Atrás en el tiempo queda aquel triunfo por tres tantos a cero ante la Real Sociedad que, preludio de un calendario benévolo, se convirtió en la más peligrosa de las trampas.
Y si dicen que la alegría va por barrios, que le pregunten a nuestros amigos canarios. Seis puntos únicamente y la sensación de haber derivado en un equipo hundido, defenestrado todavía más desde la llegada de Ayestarán y convertido en un conglomerado de estrellas con lustre caduco. El espectáculo, sin duda, está servido.
Viajes con peaje
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| -Última visita a Gran Canaria (LaLiga)- |
El periplo internacional de los levantinistas en esta semana de frenazo a la competición doméstica, con suerte dispar en cuanto a resultados, ha fraguado una dosis extra de trabajo en las entrañas de la enfermería azulgrana. Sasa Lukic y Jefferson Lerma se han sumado a los lesionados de larga duración y no estarán disponibles durante el próximo mes para un míster que ha tenido que tirar mano del filial y convocar a Hacen para el viaje a tierras insulares.
Tampoco estarán Iván ni Pedro López, lo que obligará al laboratorio de Muñiz a poner en marcha una nueva fórmula con la que frenar lo poco destacado del combinado amarillo. Morales, Roger, Alegría, Nano y Langerak, éste último por decisión técnica, tampoco estarán en Gran Canaria.
Ayestarán y su terrible estadística
Da miedo, sinceramente, afrontar un duelo en estas condiciones. La tendencia negativa del míster vasco en su último decenio como preparador en la élite asusta: todo derrotas. Pero, ¿cuándo cambiará esa tendencia? Esperemos que la respuesta sea otra a la de este domingo de tarde, o tarde de domingo, que tan peculiares y caprichosos pueden llegar a ser. Victoria y bálsamo o derrota e infierno. Entre dos tierras.
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