La otra historia de Manuel

Ando de vacaciones desde hace un par de días, en el barrio de Orriols cerca al centro de Valencia. Iba todo bien hasta que han comenzado a suceder cosas raras. Esta tarde estaba paseando cuando no me podía creer lo que estaba sucediendo. Niños, mujeres y hombres, todos vestidos igual, con camiseta azul y grana, dirigiéndose en el mismo camino. Todos sonrientes. Parecían automatizados.

Me he acojonado un poco. No sé lo que hacían ni lo que buscaban, pero me he dispuesto a seguirlos. No parecían peligrosos. Después de un rato andando, se han detenido frente a un recinto iluminado. 'Estadio Ciutat de Valencia' ponía en una lona. Supuse que ese era su nombre. De repente, noto que alguien me sujeta del brazo. "¿Necesitas entrada?" escucho que me preguntan. Yo, sin saber que hacer ni a que se refería, le dije que no. Y esa persona me tendió rápidamente un billete que recogí. "No hace falta que me lo agradezcas. Lo disfrutarás. Ya eres uno más".

-Foto: @Adolfo Benetó / Levante UD-
Comenzaba a asustarme de verdad. Pero a su vez, esa gente me transmitía seguridad y confianza. Casi sin querer, ya estaba en mitad de una fila mientras de fondo se oían unos pitidos que leían esas entradas, tal y como la que había recogido. Llegó mi turno, luz verde y seguí adelante. ¡Estaba en un campo de fútbol! Levante UD y Deportivo de la Coruña, estaba escrito en un marcador electrónico. Imaginaba que esos dos equipos iban a jugar. Y mientras, seguía viniendo gente desde todas partes, casi veinte mil, estando en pleno agosto.

Eran las 20:15 horas cuando miré mi reloj y el partido parecía que iba a comenzar. "¡Levante, Levante!" se oía gritar, por lo que ya supuse era el equipo que contaba con el apoyo de toda esa gente con enfundada con motivos azulgranas. No sé que pensar de cómo he acabado aquí, en una zona donde aparentemente parecía tranquila, con muchas casas antiguas y algunos bares y supermercados. Supongo que será el encanto de este lugar en que ahora me encuentro y por la curiosidad que me hizo moverme hasta aquí. Ya que estaba, intentaría disfrutar, como me dijo antes quien me tendió la entrada.

No fueron bien los primeros minutos. En un balón mal despejado, Fede Cartabia se aprovechaba de la situación para sacar un zurdazo que adelantaba al club visitante. Unos pocos situados bajo el marcador lo celebraban; otros se acordaban de él, coincidencias del pasado. Perdían los de casa, pero empezaron incluso a gustarme a mí. Las carreras por banda de Morales, como se fabricaba los disparos Jason, lo bien que Jefferson Lerma se entendía con sus compañeros y un tal Bardhi que decían que iba a dar mucho que hablar.

El gol del Levante no subía, y mira que lo intentaron en repetidas ocasiones. Unas por desacierto, otras por reflejos del portero Rubén Martínez. Y cuando nadie lo pensaba, el segundo gol del Deportivo se producía. Sidnei, de cabeza en un córner, ponía su nombre ante la media salida de Raúl Fernández. "¡Cómo es el fútbol...! se escuchaba desde distintos sectores. Pero ese chaval pequeño, el citado Bardhi, desde unos treinta metros ponía el balón directo a la escuadra lanzando una falta directa. Parecía que no era la primera vez que hacía algo así.

Después del descanso, siguió el fútbol. Me había contagiado de la ilusión de mis vecinos de grada y me decanté de parte del Levante. Morales, todo un líder para la grada, seguía buscando el empate.

-Foto: @David González / LaLiga.es-
Y entonces ha pasado algo raro. ¡No lo vais a creer! Quedaban algo menos de veinticinco minutos para acabar el partido y me dijeron: "¡Tú, a jugar!". En menos que canta un gallo, sin saber cómo, estaba metido en el césped con una camiseta azulgrana. Yo, ¿jugando ahí?.

Hice lo que pude. Todo fue muy de sorpresa y por supuesto complicado. Encima nos quedamos sin Morales tras ser expulsado. La verdad que verlo ahí, desde dentro, era diferente, pero me llenaba de la energía de todos. Y de repente: penalti. En una acción segundos después de que Campaña sacara un derechazo que se topó contra el palo, un jaleo se levantaba porque el Levante podía empatar. Ivi disparó, sentó al portero y marcó. Y yo, como uno más, corrí a celebrarlo con ellos rebosante de felicidad.

Pude ser héroe de la noche, cuando en tiempo de descuento me animé con un disparo lejano que no terminó entre los tres palos. Estoy confuso con lo que ha pasado. No sé si será un sueño, si me estoy volviendo loco o qué sucede. Lo que tengo claro es que yo, Emmanuel Boateng, aunque algunos amigos me llamen solo Manuel, me quedo aquí. Me comprometo a jugar con el Levante siempre que se me necesite. Y no sé si haré historia o no, si mi nombre se recordará o será uno más, pero prometo aprender y ayudar en todo lo que sea posible.


Ficha técnica:
2- Levante UD: Raúl Fernández, Iván López (Ivi, min 65), Postigo, Chema, Toño, Jefferson Lerma, Campaña, Jason, Bardhi (Doukouré, min 84), Morales, Álex Alegría (Boateng, min 67).

2- RC Deportivo de la Coruña: Rubén Martínez, Juanfran, Schär, Sidnei, Luisinho, Mosquera, Guilherme, Fede Cartabia, Emre Çolak (Celso Borges, min 53), Bakkali (Adrián, min 60), Andone (Bruno Gama, min 73).

Árbitro: Alberola Rojas. Amonestó a los visitantes Luisinho y Fede Cartabia. Expulsó con doble tarjeta amarilla a Morales.

Goles: 0-1, min 4, Fede Cartabia. 0-2, min 31, Sidnei. 1-2, min 34, Bardhi. 2-2, min 83, Ivi (pen).

Incidencias: Partido correspondiente a la 2ª jornada de la Liga Santander 2017/18 disputado en el estadio Ciutat de Valencia ante 17.370 espectadores.


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