En el estadio de Pinilla, pero sin la presencia del Teruel. Otra de las clásicas visitas del Levante tenía su cita en el calendario veraniego. Enfrente estaría otro equipo aragonés, el Real Zaragoza, que vencería por dos tantos aprovechando un par de acciones desafortunadas de los granotas.
-Foto: @Jorge Ramírez / Levante UD- |
Bajo una intensa lluvia arrancaba el duelo, con protagonismo de partida para gente del filial o jugadores no tan habituales. Pronto el Levante cogió el timón, demostrando ser equipo de mayor categoría. Sin embargo, la meta defendida por Ratón pasó bastante desapercibida, tan solo se avisó en un par de disparos lejanos de Jefferson Lerma o las acciones a balón parado.
Los blanquillos se mostraron como un bloque más sólido y eficaz respecto a anteriores compromisos y llegados a la media hora de juego Borja Iglesias recuperaba la posesión en una mala salida de balón de la zaga rival, asistiendo a Pombo que plácidamente materializaba el gol. El delantero gallego dispuso minutos más tarde en sus botas de una nueva acción peligrosa, acariciando el segundo de la tarde.
Los segundos cuarenta y cinco minutos fueron de relativa calma. Juego trabado y mucho intercambio de posesiones, afectando también el cansancio, muestra de que todavía quedan dos semanas para que se dé el pistoletazo de salida a la competición liguera.
A partir de las rotaciones, a falta de unos veinte minutos, se vio por momentos a un Levante más ambicioso y más cercano a poder igualar la contienda. Pero los pupilos de Muñiz no se encontraron con las mejores sensaciones y terminó encajando en los compases finales el definitivo dos a cero, de Luna en propia puerta, en la ejecución de un saque de esquina.
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