Abraham Minero: El reto por bandera

Cuando uno se documenta y lee unas pocas líneas de la trayectoria como futbolista de Abraham Minero descubre que, francamente el deporte rey no está teñido por completo de color de rosa, adornado con suculentos dividendos y envuelto en un aura de fama y furor continuos. El nuevo futbolista del Levante UD aterriza desde el Real Zaragoza en calidad de cedido después de un periplo deportivo en el que especialmente un hombre, Nacho González, marcó un antes y un después a todos los niveles.

-Fotografía: Abraham pelea con Alexis/ Diario Vasco-
Granollers siempre se ha caracterizado por una tradición balonmanística que Abraham no asumió como propia. Desde bien pequeño, el balón de fútbol sería quien le acompañase pese a los innumerables obstáculos con los que se topó. Porque, tal y como relató a nuestros compañeros de MARCA, "con seis años le dije a mi madre que ya no quería jugar más a fútbol". Un compañero burlón y abusón tuvo la culpa. Bendita y, en ocasiones, tan controvertida inocencia. Pese a todo, siguió formando parte de la escuela de fútbol del pueblo hasta los diez años de edad, cuando recibió la llamada del FC Barcelona.

¿Quién le dice no al transatlántico azulgrana? Desde los diez hasta los doce años vivió en su carnes la exigencia de formar parte de una escuela de tal prestigio. Y, por si esto fuera poco, con una lesión en su rodilla derecha que le permitió recapacitar y volver a su Granollers natal. Desde su vuelta, Abraham fue dando pasos agigantados hasta alcanzar el primer equipo, entonces en Tercera División, con apenas veinte años de edad. 

-Fotografía: Abraham en el FCB 'B'/ Vavel-
En vistas a dar un salto de calidad, Figueres y Blanes fueron sus dos siguientes destinos. En el primero de ellos, su calado deportivo fue escaso y decidió marcharse. En Blanes, la tesitura económica dio al traste con cualquier esperanza y expectativa de éxito. Pero, como bien es sabido, cuando se cierra una puerta se abre una ventana. Y esa ventana no fue otra que la del Sant Andreu. Allí, de la mano de Nacho González y con su reconversión de extremo izquierdo a lateral, Abraham explotó definitivamente todas sus virtudes. Su excelente temporada no pasó desapercibida para los ojeadores del Barcelona, quienes decidieron reclutarle nuevamente para el equipo filial. 

Esa temporada en Segunda División, a gran nivel, le sirvió para dar el salto a la élite de la mano del Real Zaragoza. Fue un fijo en tierras aragonesas, aunque sufrió en sus carnes el descenso a Segunda División de los maños en 2013. Permaneció una temporada en las filas blanquiazules ya en la categoría de plata para, en el mes de julio de 2014, enrolarse en la disciplina del Éibar en calidad de cedido. Más de una veintena de encuentros con los armeros y un nuevo año con el Zaragoza en la Liga Adelante han precedido su aterrizaje en Orriols.

-Fotografía: Abraham con el Éibar/ Zimbio-
¿Y qué podemos esperar de Abraham Minero? El catalán, a sus treinta años, llega en un punto óptimo de equilibrio entre físico, condiciones técnicas y madurez. Es un lateral muy profundo, al que le gusta incorporarse al ataque y que cuenta con dos cualidades que son muy del agrado de la dirección deportiva: intensidad y capacidad de asociación. Además, es un futbolista polivalente, que puede desempeñar su labor tanto en el lateral como más adelantado e, incluso, en la franja creativa. Su perfil complementa perfectamente a Toño y le aportará una dosis extra de competencia y jerarquía a una demarcación carente de ambas cosas en los últimos años. El reto del ascenso te espera, querido Abraham.


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