Con el abismo esperando en una nueva final

Todavía recuerdo ese 30 de diciembre. La sensación con la que todas y todos abandonamos el Ciutat de València fue muy pero que muy preocupante. El equipo, tras caer derrotado por cero goles a uno frente al Málaga, se quedaba con tan sólo catorce puntos arrinconado en el pozo de la clasificación. Hoy, 1 de mayo, la situación todavía invita menos al optimismo. De hecho, en caso de derrota en La Rosaleda, el Levante será matemáticamente equipo de Segunda División.

-Fotografía: Partido de la primera vuelta/ Mundo Deportivo-
No obstante, es importante recordar que un triunfo en tierras andaluzas dejaría el objetivo a únicamente tres puntos y revitalizaría las escasas pero todavía reales opciones de un equipo obligado a ganar los tres partidos que le restan. De no hacerlo, cualquier milagro quedaría en simplemente un deseo inalcanzable.

El cuadro valenciano, tras el duro varapalo sufrido ante el Athletic el pasado domingo y con la concatenación de tres resultados, los de Granada, Sporting y Getafe, horribles para sus intereses, ha tratado de aislarse de toda la presión mediática durante la semana. Una semana en la que, tristemente, las portadas han recogido con ahínco la terna de candidatos a relevar a Manolo Salvador antes que siquiera pensar en lo que se viene encima mañana lunes.

Rubi, por su parte, ya ha ofrecido la pertinente lista de convocados en la que no están Toño, todavía lesionado, ni un Lerma que cumplirá ciclo de amonestaciones. Sí que llega para el partido Juanfran García después de entrenarse entre algodones durante los últimos días. Ghilas, Trujillo, Xumetra, Iván y David Navarro son los descartes por decisión técnica.

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