Rubén Martínez: producto de La Masía

-Fotografía: Rubén con la camiseta rayista-
Uno de los puestos marcados en la agenda de la secretaría técnica para reforzar de cara a la próxima campaña ha sido y es, sin duda, la portería. El irregular rendimiento de Jesús y Mariño durante el pasado curso ha hecho a Manolo Salvador y los suyos plantearse la posibilidad de dar un lavado de cara completo y total al arco azulgrana. Y para ello, uno de los futbolistas elegidos ha sido Rubén Martínez. El guardameta gallego, después de un año plagado de desazón en tierras almerienses, rubricó su nuevo contrato con el Levante y buscará recuperar esa regularidad tan necesaria en un portero.

Nacido en Coristanco, provincia de A Coruña, Rubén pronto fue localizado por la red de captación del FC Barcelona, quien lo incorporó al programa de joven futbolistas de La Masía con tan solo dieciséis años. Después de dos años alternando el filial con alguna aparición esporádica con la primera plantilla azulgrana, y tras otros tantos años como tercer portero de la entidad catalana, Rubén decidió cambiar de aires y enrolarse en las filas del Racing de Ferrol.

-Fotografía: Rubén en el FCB/ AS-
Sin embargo, la cesión no fue como se esperaba y pronto se marchó a Murcia para firmar una de sus etapas más gloriosas en las filas del Cartagena. Allí, entre otros, coincidió con Juan Ignacio Martínez, siendo el portero del cuadro murciano en aquel tres a cinco con el que el Levante prácticamente selló su vuelta a la élite. Firmó, previamente, un ascenso de Segunda División B a la categoría de plata para, posteriormente, quedarse con la miel en los labios y no poder culminar la hazaña de ver a Cartagonova lucir su estampa albinegra en la Liga BBVA.

Málaga y Rayo Vallecano fueron sus dos últimos destinos antes de aterrizar en Almería. En el conjunto boquerón se vio completamente eclipsado por un fenomenal Willy Caballero (aunque todavía se le recuerda un grave error en el Ciutat en uno de sus pocos partidos), mientras que en Vallecas encontró esa ansiada regularidad que le permitió brillar como años atrás.

Ahora, con todo a su favor, llega al Levante en busca de un prestigio que, todavía intacto, parecía escondido después de un curso más que complicado. No obstante, pocos dudan de las cualidades de un portero con un físico privilegiado, sobresaliente con los pies y bastante completo en líneas generales. La constancia durante los noventa minutos y la fuerza mental son otros dos aspectos que, con el paso del tiempo, Rubén ha mejorado ostensiblemente. Llega, sin duda, en su mejor momento. Y nosotros vamos a disfrutarlo...


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