Gustavo Munúa: un líder bajo palos

Tras unos días de descanso, estamos de vuelta con más fuerza que nunca. Hoy repasaremos la trayectoria y virtudes de uno de los pilares del éxito del equipo: Gustavo Munúa. El arquero uruguayo, en su etapa en Valencia, ha alcanzado nuevamente su plenitud deportiva, después de unos cursos aciagos. En su tercer año como azulgrana, se ha consolidado como la referencia bajo palos (superando a un rival de empaque como Keylor Navas) y actualmente es uno de los guardametas más en forma del campeonato y un auténtico líder dentro del vestuario levantino.

Gustavo en su etapa en Nacional

Gustavo se formó en la cantera de Nacional de Montevideo, añorando formar parte algún día de la historia del equipo de sus sueños. Cedido en el Albion FC, conjunto de la tercera división charrúa, maduró y se perfiló para estrenarse como profesional en 1997 en las filas de los Bolsos. El Gran Parque Central le vio crecer y alzarse con los títulos ligueros de 1998, 2001 y 2002, año previo a su desembarco en Europa. Sus notables actuaciones hacían proyectar sobre él las mejores de las ilusiones, aguardándole enormes éxitos. Terminó su periplo por su país natal alcanzando el récord de imbatibilidad en la historia de Nacional, con un total de 963 minutos consecutivos sin encajar un solo tanto.

Su aventura en Europa se inició en Coruña. La acogida no fue la mejor, y su competencia continua con Dudú Aouate, quien le tenía ganada la batalla bajo palos, se manifestó de manera impensable con el incidente protagonizado entre ambos en 2008. El uruguayo se hizo poco a poco con la titularidad, hecho que no sentó nada bien al guardameta hebreo. El comportamiento de Munúa fue ejemplar mientras su compañero le relegó al banquillo. Sin embargo, esta circunstancia no fue recíproca. El triste incidente (del que nadie puede excusar a Gustavo) le costó una multa de más de tres mil euros y una desagradable fama que todavía muchos se empeñan en recordar a día de hoy.

Emigró de tierras gallegas rumbo a Málaga, donde gozó de la confianza absoluta de su entrenador y disputó todos y cada uno de los encuentros de Liga.  No obstante, su buen hacer y su generoso trabajo no fueron recompensados con una merecida renovación. El Levante, un recién ascendido a la máxima categoría y con un presupuesto limitado, le presentó un proyecto solidario y esperanzador, de ésos que ilusionan a un profesional. Gustavo no lo dudó, y firmó por el combinado valenciano.

Iborra felicita a Munúa tras detener una pena máxima

Tras un período de alternancia bajo palos en la primera campaña, a las órdenes de Luis García Plaza, acabó haciéndose con el mando de la portería, logrando además el casi impensable objetivo de la salvación. Las llegadas de Juan Ignacio al banquillo y de Keylor a la portería le sirvieron como aliciente, exponiendo al máximo sus virtudes y afianzándose más si cabe como referente en una temporada histórica. Hoy día, sigue mejorando cada jornada, cada partido, y dando muestras del enorme talento que atesora.

Su participación con la selección nacional se limita a veintidós encuentros, de los cuales diez fueron amistosos y doce oficiales (cuatro en Copa América, Colombia 2001, y el resto clasificatorios para el Mundial). Se comprenden desde 1998 hasta 2006, cuando desapareció por completo de las convocatorias celestes tras la llegada de Fossati.

Un portero ágil y rápido, con grandes reflejos y contundente. Comunicativo como pocos, posee una gran visión de juego desde su parcela y un saque largo envidiable, que a día de hoy es más que aprovechable para los intereses del juego del conjunto. Quizá se le puede acusar de algo dubitativo en el juego aéreo y de tomar decisiones erróneas en ciertas acciones (por tratar de atajar el balón), pero la confianza y la experiencia hacen que cada minuto que vive sobre el césped crezca más y más, y recupere el nivel que todos los que le conocemos sabemos que es capaz de dar. Porque eres un auténtico capitán, un verdadero líder. Y como ocurre con el vino, mejoras con los años.

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