Empate a nada en Vallecas

El Rayo Vallecano y el Levante UD empataron a cero en la ida de los octavos de final de la Copa del Rey. El encuentro, disputado en el Estadio de Vallecas, se resume de manera rápida y concisa pegando un vistazo al electrónico final: un empate a nada.

-Fotografía: MARCA-
Muchas fueron las novedades que Joaquín Caparrós presentó en el once inicial. Tras un raje considerable en la rueda de prensa previa (el francés Gomis acabó notablemente escaldado), las rotaciones se convirtieron en las protagonistas de la alineación del utrerano. Javi en portería, Jordi César como lateral izquierdo, Camarasa en el centro del campo y Ángel en punta de lanza.

La primera mitad se sostuvo en base al guion esperado. Un Rayo que toca y toca sin miedo, que se atreve con cualquier cosa (en muchos partidos acaba pagando un caro peaje) frente a un Levante agazapado y consciente de las debilidades defensivas de los franjirrojos.

Sin apenas ocasiones de gol se llegó al tiempo de descanso, pese a que previamente Paco Jémez se vio obligado a dar entrada a Lass en detrimento de Perea tras un choque del madrileño con el desaparecido Andreas Ivanschitz. 

Foto: Jorge Ramírez / Levante UD
El paso por vestuarios dinamitó las intenciones azulgranas, cercando con algo más de asiduidad el marco defendido por Rubén durante los primeros instantes del segundo acto, en los que Ángel vio cómo el colegiado anulaba su tanto de manera correcta.
Sin embargo, de nuevo el control del esférico y dominio de los madrileños se hizo latente.

Debutó Nagore, quien reemplazó a Jordi César a falta de veinticinco minutos para el final. Fue precisamente apenas un cuarto de hora antes de la finalización cuando el estilo vallecano se mostró en todo su esplendor y los goles pudieron caer de ambos costados. Dos claras ocasiones de Viera contrastaron con un maravilloso golpeo de Sérgio Pinto que repelió el travesaño de Rubén. 

Un empate interesante para el Levante, que vé como con un triunfo en el Ciutat de València accederá a los cuartos de final, y para un Rayo que viajará a Valencia sin recibir un gol en su fuedo. Por cierto, qué buena pinta tiene Camarasa. Dieciocho años tiene y parece que son los que lleva jugando. Bárbaro.


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