Con el ya conocido clima de crispación en el seno del vestuario azulgrana y a siete días vista de un balsámico fin de curso, el Levante viaja a tierras bilbaínas con el objetivo de no empeorar ya de por sí ya deteriorada imagen con la que se ha engalanado en las últimas semanas.
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| -Fotografía: www.eitb.com- |
Tras la dolorosa derrota de los chicos de José Gómez en la tarde de hoy sábado ante el filial rojiblanco por un gol a dos, en un choque intenso y con un enorme valor, el partido de mañana se presenta como su antítesis, si bien la despedida del viejo Estadio de San Mamés plagará el corazón de los seguidores y jugadores del cuadro vasco (y, por qué no decirlo, de todos los presentes) de una emoción y una sensación que sin duda será única e irrepetible.
En el plano deportivo, pocas novedades. El conjunto dirigido por Marcelo Bielsa ya tiene la salvación garantizada, y tratará en un día tan especial brindar un triunfo a sus seguidores en lo que supondrá también la despedida de uno de sus iconos y estandartes en los últimos años: Fernando Llorente. Sumido en la controversia y viviendo un año más que complicado, el ariete riojano pondrá rumbo a Turín para enrolarse en las filas de la Juventus de Antonio Conte.
Por su parte, Juan Ignacio Martínez viajará con todos los jugadores dispoibles, a excepción de los lesionados y del joven Roger Martí, que hoy disputó los noventa minutos con el filial. Sorprende (lo obliga mejor dicho la circunstancia de Roger) la presencia de Juanlu en la citación tras mucho tiempo sin aparecer.
Qué mejor que un bonito recuerdo en la última visita en partido oficial al mítico San Mamés. Historia y sentimiento del deporte rey en cada rincón, y un césped que nunca perderá ese aroma tan especial y ganador. Hasta siempre.
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